miércoles, enero 15, 2014

DAHANA

No puedo dejar de pensar en ella, me ha descompensado de súbito la existencia, me tiene desequilibrado desde ese instante que me deslumbró. Aparece cada día un momento, y cuando se aleja como un fantasma, me deja un vacío corporal y me dan vueltas sus sensaciones de encantamiento.

Tengo el tiempo suyo atravesando mi cuerpo y sus ojos infinitamente perfectos desbaratando mi única fortaleza que era pensar y vivir en una simple presencia.

Camino, respiro, creo y padezco su rastro estético en mi condición insular. Me ha sacado hacia la luz, no tengo remedio sin ella, porque me ha dedicado muy dócil su belleza, su amor próximo e intocable en cada paso.

Ahora estoy en una paradoja, encerrado bajo sus intermitencias que despojaron mi alma.

La necesito para volverme cualquiera que juega a su alrededor y le sonríe alucinando alguna vez poder deslizar mis manos en ese rostro impecable y poder besarla, como si de eso dependiera regresar una vez más a la vida.

Vuelve mañana, vuelve siempre, estoy dispuesto a todo si me miras una vez más, porque le responderé con todo lo que mi corazón viene aguardando para ti.