domingo, junio 24, 2007

ABRIL ROJO

La novela se situa celosamente en Ayacucho, ese el contexto en el cual Roncagliolo decide sitiar esa fraccion de la historia.En plena

YASUNARI KAWABATA

Tanto "Pais de Nieve","Historias en la palma de la mano","Mis Grullas", el escritor nipon Kawabata,explora campos de frecuente naturaleza tradicional y las ideologias de un clasico amor asiatico ,de inocencia ininterrumpida . A la manera de Kawabata ,la literatura impecable y sencilla que se ve elaborada en sus textos mezcla tambien no solo distintas estructuras narrativas y fascinaciones de naturaleza, tambien explica de manera aleatoria la significancia de la mistura entre ese mundo actual que el representaba (la mitad de un siglo) el Japon que se fortalecia con el desarrollo acelerado rumbo a la segunda guerra mundial y el Japon de antaño ,adoctrinado en las enseñanzas y la sabiduria .Asi es como los textos Kawabata quiza no demuestren a simple vista la insensibilidad que pueda presentar su imagen ,podria decir que a manera de sorpresa cuando lei "Pais de Nieve",una de sus obras impecables ,mermo en mi el sosiego de un mundo lleno de rituales sublimes,que solo idealizaban y daban tregua en unos tiempos asfixiantes como los de hoy.Puede ser que la obra de kawabata por esas identificaciones que se le reconoce en cada texto ,con esa honestidad a las tradiciones tipicas que el representa ,el jurado del nobel muy estricto y a veces impredecible le concedio el nobel con el mayor de los merecimientos ,pues no solo es dotarse de todos los medios para ecribir bien en literatura tambien se exige que el escritor como kawabata sea "publicista" nombrado de la historia de su region.Asi como embajador de las letras el autor de "historias en la palma de la mano",distribuyo su genio disciplinado en historias romaticas del aventura citadina-rural,enlos escenarios esplendidos abiertos a los dialogos sutiles ,y las emociones que dejan al lector encantado ,no por el entrampamiento filosofico que pueda darse si no por el cuidado de las formas que kawabata relata.

por : Paolo Mohandas

sábado, junio 23, 2007

EL RETORNO A LOS RECUERDOS


Sucedió como en las videncias de Dante,
los recuerdos se mostraban ante mi vista,
como la categoría de círculos:
un recuerdo grato, un recuerdo desagradable,
un recuerdo trágico,
recuerdos indeseables,
uno que se escapaba a mi imaginación
una encrucijada hacia el pasado
como si me trasmutara irrealmente a los lugares y escenas intactas
con personajes fantasmales
sobre el tiempo del presente.

Nada se había movido en realidad,
solo quedaban las esencias de nuestros cuerpos
en mi respiración complicada,
quizá, estaba mas sufriendo que sintiendo un alivio
no obstante pude huir premurosamente
hacia un lugar cualquiera,
también pude sellarme los oídos con mis manos insuficientes,
y también hubiera prescindido del oxigeno nocivo,
pero quise caminar en medio de ese calvario de recuerdos ,
desenvolverme auténticamente con mi memoria descubierta,
quise enfrentar la otra realidad que mantenía fría en mis ángulos marginales,
lo que hacia en verdad era vencer en los lugares,
era pisotear lo que alguna vez fue mi vergüenza,
pisotear lo bueno y lo malo,
acabar otra fracción del pasado influyente,
borrar mi memoria frágil,
pero se que solo estuve huyendo,
escapando contemplativamente de mis rastros de vida,
sintiendo nostalgia plenamente cuando mi soledad enmudecía;
yo me hacia un sobreviviente
en el viaje de retorno a los recuerdos...

miércoles, junio 20, 2007

A MEDIO CAMINO


A pesar de que mas se lo ubicaria en un rubro digamos las confesiones intimas o diarios de coincidencias en el genero femenino ,madres de familia ,mujeres desconocidas en la sociedad de la escritura : Flavia Badani,Lucha Buse, Marcela Fernandez ,Susie Ricketts, Zindi Roeder, Cecilia Rosas, Lucha Tudela y Monica Vargas, dispusieron de su tiempo cronometrado para exponer sus vivencias y sincronizarlas aleatoriamente.Claro que suena a libro de autoayuda o a diario intimo impreso,no obstante segun los que tuvieron la posibilidad de darle lectura ,afirman que tanto el proyecto conjunto y las narraciones breves pero sustanciosas (para mujeres madres )es una excelente espejo de reflexion y coincidencias en la cronologia familiar de la mujer.
El libro que muestra ampliamente y con claridad el mundo silencioso de la mujer - madre de los 40,50 ,60 ,etc se desnuda en voces sin tabues para ese genero aun inexploradora.
"A medio camino ",fue presentado en el teatro del cultural peruano-norteamericano,el pasado 18 de este mes ,el programa fue sencillo ,era claro que la sala no tenia necesariamente los ingredientes que la literatura exige ,y en el campo de la mujer aun muy imperfecto ,se hizo una exposicion agradable e incluso con intervencion del publico asistente.

PETA Y CARLOTA

Dentro de la actividad cultural de la ciudad, aqui en Arequipa el dia 15 de este mes se hizo la presentacion del libro "PETA Y CARLOTA + OTROS CUENTOS" del escritor novato Juan Carlos Barberena ,licenciado en Literatura y Linguistica por la UNSA .El libro consta de 6 cuentos ambientados en lugares de la localidad ,en especifico de Huancarqui ,lugar de nacimiento del autor .Los comentarios que estuvieron a cabo de Jose Luis Vargas y Antonio Ugarte mantuvieron un ritmo espectante ,por la extension y afinidad amical que ellos mantienen con el autor.A pesar que no eran expertos en temas de critica en el campo de la literatura ,lograron relaizar una sintesis elaborada de como se trasaldaron manuscritos ineditos y archivados para en ultima instancia darle forma y perfilarlo para un trabajo que muy pronto la critica especializada discernira.

La literatura afianza la libertad humana: Mario Vargas Llosa

Con el acento peruano que las décadas transcurridas en Francia no han hecho perder, el mundialmente reconocido escritor Mario Vargas Llosa sostuvo su publicitada conferencia La literatura y la vida, anoche en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, en la capital.
Un poco más de una hora, desde las 19:00 hasta las 20:10, duró la alocución del ilustre visitante ante un auditorio completamente lleno (alrededor de 2 000 personas convocadas únicamente a través de invitación del Banco Pichincha, que trajo al literato).
Con un tono familiar y ejemplos cotidianos, Vargas Llosa desarrolló una tesis central: la literatura es esencial e imprescindible para la vida. Se mostró decepcionado de que la mayoría de los hombres contemporáneos (no sucede los mismo con las mujeres, dijo) consideran a laliteratura como un mero divertimento, del cual se puede prescindir en una vida agitada como la actual.
Lejos de tal idea, el autor de ‘La ciudad y los perros’ esgrimió el argumento de que la literatura ayuda a crear ciudadanos inconformes con su contexto, condición sustancial de la inteligencia y por tanto de la participación ciudadana en la democracia.
Identificó, además, a la literatura con la idea de libertad: estas historias ficticias, aparentemente anodinas, influyen de tal forma en el lector que, cuando sale de ellas, ya no es el mismo y la realidad que vive no le parece tan vívida y profunda como esa otra ficticia.
Por vía de ejemplos, el autor citó los casos de escritores famosos de la literatura universal. Recordó al novelista del siglo XIX Fedor Dostoyevski, de quien relevó su capacidad extraordinaria para pintar estados psicológicos y sensaciones tales como el miedo, la angustia y el amor febril.
También citó al narrador checo Franz Kafka, cuya profunda intuición y preciso estilo causaron la admiración del peruano.
Del escritor anglosajón George Orwell rescató la inteligencia y la capacidad crítica para denunciar estados totalitarios que anulan la libertad del ser humano.
Igualmente vinculó a la ficción literaria con la posibilidad de un disfrute mayor del sentimiento amoroso. Dijo que la literatura propicia una mayor capacidad para crear y disfrutar del amor. En este punto, el público cubrió de aplausos sus palabras.
Mario Vargas Llosa también se dio tiempo para reflexionar respecto de la situación política latinoamericana. Su alocución enfatizó la tradición liberal latinoamericana y la inteligencia de sus artistas para recrear una realidad compleja y rica.
El Banco Pichincha también ha organizado otra conferencia del afamado autor, para la tarde de hoy en la ciudad de Cuenca.
Quito, junio 20 / 2007 :el comercio de Ecuador

viernes, junio 08, 2007

Charles Dickens combinó en sus narraciones humor, tragedia e ironía.



El novelista británico Charles Dickens, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura universal, por su maestría al combinar en sus narraciones humor, sentimiento trágico e ironía, murió el 9 de junio de 1870.
Dickens, quien en su literatura también se sirvió de una ácida crítica social para hacer una aguda descripción de personas y lugares, reales e imaginarios, nació el 7 de febrero de 1812 en Portsmouth; pero pasó la mayor parte de su infancia en Londres y Kent, lugares que aparecieron con frecuencia en sus obras.
De acuerdo con sus biógrafos, comenzó a asistir a la escuela a los nueve años, pero sus estudios quedaron interrumpidos cuando su padre, un pequeño funcionario afable pero despreocupado, fue encarcelado en 1824 por no pagar sus deudas.
Esta desagradable experiencia, que más tarde describiría en su novela "David Copperfield", le produjo una sensación de humillación y abandono que le acompañó durante el resto de su vida.
Luego, entre 1824 y 1826, asistió de nuevo a la escuela, aunque la mayor parte de su educación fue autodidacta.
Entre sus libros favoritos se encontraban las obras de algunos de los grandes novelistas del siglo XVIII como Henry Fielding y Tobías Smollet, cuya influencia se puede percibir con claridad en sus propios escritos.
En 1827 consiguió un trabajo como secretario legal y tras estudiar durante un breve periodo se convirtió en periodista en el Parlamento, lo cual, le permitió realizar precisas descripciones de hechos, cualidad que aplicaría en su narrativa.
En esa época conoció a María Beadnell y se enamoró de ella, pero su familia lo rechazó como pretendiente de la joven, por lo que, tras cuatro años de relaciones, se separaron.
Para entonces, él ya trabajaba como reportero en una publicación de su tío, en The Mirror of Parlament, así como para el periódico liberal The Morning Chronicle.
En diciembre de 1833, Dickens publicó bajo el seudónimo de Boz, la primera de una serie de breves y originales descripciones de la vida cotidiana de Londres en The Monthly Magazine, una revista que editaba su amigo George Hogarth.
Tras ello, un editor de la ciudad le encargó un volumen de nuevas notas en este estilo, que debían acompañar a las ilustraciones del famoso artista George Cruikshank.
El éxito de este libro titulado "Los apuntes de Boz" (1836), le permitió al novelista casarse con Catherine Hogarth en ese mismo año y colaborar con el conocido artista Robert Seymour.
Cuando Seymour se suicidó, otro artista, H. K. Browne, apodado Phiz, que realizaría más tarde muchas de las ilustraciones de los últimos trabajos de Dickens, ocupó su lugar.
El resultado de esta colaboración fue "Papeles póstumos del club Pickwick", una obra en un estilo muy próximo al de los cómics, cuyo éxito consolidó la fama del novelista e influyó notablemente en la industria editorial de su país, pues su innovador formato marcó una línea que siguieron otras editoriales.
De la autoría de Dickens son: Notas americanas (1842) e Imágenes de Italia (1846); Casa desolada (1852-1853), La pequeña Dorritt (1855-1857), Grandes esperanzas (1860-1861), Nuestro amigo común (1864-1865), Oliver Twist (1837-1839), La tienda de antigüedades (1840-1841), Barnaby Rudge (1841), Martin Chuzzlewit (1843-1844), Dombey e hijo (1846-1848), Tiempos difíciles (1854), Historia de dos ciudades (1859) y El misterio de Edwin Drood, que quedó inconclusa.
Dickens, quien tuvo una vida familiar azarosa, con varios fracasos matrimoniales y muchos hijos, murió el 9 de junio de 1970 y fue enterrado con todos los honores en la abadía de Westminster, en Londres, Inglaterra.
June 8th, 2007

LAS LETRAS REBELDES DE AFRICA

La 66ª edición de la Feria del Libro de Madrid, que se celebra en el madrileño parque del Retiro hasta el 10 de junio, tiene este año como tema La cultura africana. La diversidad de un continente con 54 países, unos 922 millones de habitantes, más de 1.300 lenguas y bloques culturales tan distintos como son el África subsahariana y el Magreb requiere una mirada más atenta de la que se ha realizado hasta ahora. Los premios Nobel Wole Soyinka, en 1986; Naguib Mahfuz, en 1988; Nadine Gordimer, en 1991; y J. M. Coetzee, en 2003, son una prueba de la creciente calidad de unas literaturas originales que nacieron hace poco más de un siglo.

Las literaturas africanas escritas cuentan apenas con un siglo y medio de existencia. Sus orígenes surgen del contacto con la cultura occidental a raíz de los procesos de descubrimiento y de conquista del continente africano reafirmados e intensificados a partir de la conferencia de Berlín iniciada en 1885 y el reparto colonial del continente. Desde las primeras dos décadas del siglo XX estas literaturas han asumido la tensión entre la enajenación del colonialismo y la tentación del poscolonialismo, realizando a través de sus letras lo que Occidente hizo en varios siglos.
Escritas en las distintas lenguas de los antiguos colonizadores, han originado conjuntos literarios muy diferenciados en las áreas de influencia francófona, anglófona, lusófona e hispanófona. Todas ellas beben de unas fuentes primigenias que son los modos y expresiones plurales de la oralidad, de la palabra hablada tradicional. Más allá de sus distintas expresiones lingüísticas actuales, estas literaturas poscoloniales comparten rasgos que aparecen como unas constantes temáticas. Es lo que Gilles Deleuze considera las funciones de las literaturas menores: la desterritorialización de la lengua, la relación directa entre el individuo y lo político inmediato y la enunciación colectiva en un contexto de modernidad inconclusa.
En cuanto a desterritorialización de la lengua, desde sus orígenes, las literaturas africanas escritas mantienen una relación a la vez compleja, contradictoria y subversiva con las respectivas lenguas de escritura, impuestas por la colonización. Teniendo en cuenta la multiplicidad de lenguas de cada país, hoy en día las lenguas occidentales son tanto medios de promoción y de movilidad social como lenguas de cohesión nacional. Al asumir estas lenguas como propias se han fundado tradiciones narrativas consolidadas sobre todo a partir del momento en que los escritores consiguieron crear sus propios lenguajes literarios dentro de la lengua heredada. Han surgido autores que han sabido subvertir, hacer vivir y gozar en la lengua adoptada ya sea el inglés, el francés, el portugués o el español a partir de las particularidades del malinké (Ahmadou Kourouma), del lingala y el kikongo (Sony Labou Tansi y Henri Lopes), el yoruba (Wole Soyinka), el kikuyu (Ngugi wa Thiongo), el pidgin inglés (Ken Saro Wiwa) o el criollo portugués (Germano de Almeida).
Unas palabras de Sony Labou Tansi, talentoso escritor congoleño, parecen resumir los fundamentos de una estética literaria africana a partir de una plena conciencia de su enunciación histórica: "Ser poeta en nuestros días es querer con todas sus fuerzas, toda su alma y toda su carne, frente a los fusiles, frente al dinero que también se convierte en fusil y sobre todo frente a la verdad preestablecida sobre la cual nosotros, poetas, estamos autorizados a mearnos, que ninguna faceta de la realidad humana se vea empujada bajo el silencio de la Historia. He nacido para contar esa parte de la Historia que lleva cuatro siglos sin comer".
De la reivindicación de la cul
tura africana de la negritud hasta las propuestas de los escritores transcontinentales de hoy, de forma implícita o explícita, la escritura se asume, en África negra, como un vehículo de transfiguración y de participación histórica entre una historia soñada y su negación: un espacio de afirmación de la singularidad africana, de su cultura y de una contribución a la historia contemporánea. Pero también es un acto de subversión ante la relación entre un Occidente triunfalista y sus antiguas colonias, que no deja de cuestionar los estereotipos o representaciones sobre el otro de origen africano. Lo literario trasluce igualmente un profundo lamento frente al desengaño por el fracaso que va de las independencias políticas acaecidas desde los años sesenta hasta el proceso democrático doloroso e inacabado actual. Por ello, la narrativa -y la poesía también- toma forma a través de urgentes relatos críticos de resistencia que acompañan la historia, la niegan, la contradicen o la validan, o sea, relatos que recuperan y potencian multiplicidades de voces marginadas, tales como la realidad de la situación de la mujer o el uso de los niños soldados en los conflictos étnicos.
Esta obsesión por la historia ha hecho del tema de las dictaduras -tan comunes y violentas en la historia africana- un subgénero narrativo de primer orden. Partiendo del modelo de la gran novela de la dictadura latinoamericana (Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez), destacadas obras como La vie et demie (1979), de Sony Labou Tansi; Reír y llorar (1982), de Henri Lopes; Los poderes de la tempestad (1997), de Donato Ndongo-Bidyogo, y Esperando el voto de las bestias salvajes (1998), de Ahmadou Kourouma, cristalizan una literatura esencialmente de compromiso y de denuncia de los poderes políticos posindependistas, en sus excesos sin límites, sus irrenunciables formas de violencia y su firme voluntad de destruir a los seres y a las cosas.
Hay un intento de conciliar la crítica sociopolítica con lo estético que se vislumbra a través de un patrimonio literario fundado sobre angustias, lutos, fantasías, frustraciones, visiones y anhelos compartidos o no alrededor de una identidad política y cultural común. En ella se legitiman espacios utópicos y una apremiante necesidad de emancipación del africano transformado de objeto en sujeto histórico. Los mestizos textos de sus creadores -una dialéctica entre lenguas, literaturas e identidades- configuran una mediación cultural entre múltiples imaginarios, lo que es, sin lugar a dudas, una innegable contribución en la literatura universal, o mejor dicho, a lo que el poeta senegalés Léopold Sédar Senghor llama "la civilización de lo universal".
Escritores como el Nobel nige
riano Wole Soyinka, Mongo Beti, Tchicaya U'tamsi, Yambo Ouloguem, Nuruddin Farah, Emmanuel Dongala, Tierno Monenembo, Calixthe Beyala, Moses Isegawa y Fatou Diome, entre otros, cultivan el tema de la rebeldía, la cuestión de la libertad que logrará sobrepasar la violencia estructural de la sociedad africana, promoviendo la cultura de la disidencia, la existencia incondicional e inminente de las bolsas de libertad, la transgresión de los valores feudales, la insumisión de los poderes absolutos que se instalaron tras las independencias y las democracias nacientes. Unas escrituras y otras son portadoras de un proyecto de descolonización mental, de resistencia cultural y de proyección de un futuro esperanzador.
Desgraciadamente, estas propuestas estéticas no llegan a todo el público deseado ya que la edición de libros en África vive en situación precaria. Aun así últimamente pequeños editores populares en la mayoría de los países hacen esfuerzos por acercar la producción literaria local a un público inmediato ansioso de lecturas. Pero, sin duda, las literaturas africanas conocidas y reconocidas son las escritas, publicadas y leídas fundamentalmente en Occidente, lo que genera una interacción problemática entre el público africano y el escritor, debido a su escaso acceso a las lenguas occidentales de escritura y al coste de los libros, que los hace inaccesibles debido al bajo poder adquisitivo de sus potenciales lectores.
A pesar de ello, las nueva escrituras africanas, herederas de los hallazgos expresivos de la literatura oral, subvierten sus respectivas lenguas de escritura y se transforman en relatos transcontinentales que indagan asuntos como la tensión entre tradición y modernidad, el desarraigo de las identidades, el exilio interior y geográfico y la inserción de la mujer en la vida social y cultural, sin dejar de proponer una inventiva conciencia intercultural, conscientes del lugar de las sociedades poscoloniales en plena globalización.
En su fecunda y audaz novela, La carretera hambrienta (1991), el nigeriano Ben Okri condensa, metafóricamente, la condición africana a través de las vivencias de su protagonista-narrador que es un niño-espíritu, que encarna las frustraciones y los anhelos de la sociedad africana en una confluencia de lo maravilloso, lo fantástico y lo real: "Nací no sólo porque hubiera concebido la idea de quedarme, sino porque, finalmente, después de tantas idas y venidas, sentía ya, asfixiándome, la presión de los grandes ciclos temporales. Recé para que se me concediera la risa, pedí una vida sin hambre y recibí paradojas por respuesta. Sigue siendo para mí un enigma por qué nací sonriendo".
El niño-espíritu de esta fábula
de Ben Okri proyecta, a la vez, la memoria del pasado y del futuro, el proceso de autoconciencia y de autoproyección de África para otra travesía de su porvenir. Asumiendo la identidad de un niño-espíritu, las literaturas africanas escritas han sido, desde sus inicios, un intento de nombrar y superar una condición o situación poscolonial insostenible al nivel político-económico e histórico. Conscientes de su papel social, pero también de incentivar la fantasía, sus retos han sido, casi siempre, indagar, revelar enigmas y paradojas de las sociedades africanas, en sus interacciones con ella misma y con otras partes del mundo.
LANDRY-WILFRID MIAMPIKA 26/05/2007