IMAGINACIONES DE ARENA

Me perturba el desierto
el desierto de otra época.
Cuando alguien o algo me necesita
los diarios de mi propio archivo
pasan como imágenes de otra vida
a una distancia que se va olvidando
por los terrenos abandonados
entre las jaurías famélicas que descansan moribundas
y los rieles empedrados venidos de la nada.

Vivía lejos, tomaba un ómnibus calamitoso por lo general colmado de gente, iba de pie todo el transcurso sin alcanzar el pasamanos, padecía de nerviosismo sin embargo me sobraba responsabilidad y eso me hacía obedecer sin molestias y satisfacerme con una aventura más. El encargo que siempre fue llevado por mí, lo custodiaba y lo mantenía con esa aura de sufrimiento digno; la voluntad que ejercía siempre fue la protección en cada orden, una seguridad desconocida era la atrevida necesidad para detenerme donde nadie se hubiera detenido, donde la vida escaseaba, donde el futuro estaba pleno de arena y el sillar de la tradición, marcaba la propiedad y distinguía el nivel social.

Trato de bajarme en ese lugar, cuando de pronto el día que me trae ese recuerdo se oscurece de miedo en la orientación que intuyo, si pudiera ver, si recordara las palabras de mi padre que dejo la noche anterior mientras cantaba una balada para embellecer la precariedad, me contentaría con los montones de tierra que ven mis recuerdos y ese fin del mundo donde siempre suelen terminar mis delirios.

COMUNIDAD

El ritmo que suele ser invariable

prolifera los espacios dedicados al vicio anticuado,
el lugar que se adormece.
Gestos vulgares que reemplazan una loable bienvenida,
las palabras aberrantes.
Dios se apaga,
y se gestionan intermediarios
que se hacen pasar por misioneros del juego.

La tranquilidad se hace tensa
mientras el intercambio de la superficie aparenta el esfuerzo conmovedor.
Oculta es la saturación del asco
y los roles clasificados en el vacío del derecho,
los comparten corbatas vitalicias y roedores sofisticados.

La innovación aplasta
y en medio de las confusiones rítmicas y los atropellos lingüísticos,
el artificio de la adoración evidencia desperfectos ante los inútiles asombrados,
conjeturan anarquía;
en tanto la historia se distorsiona con el paso de la ignorancia,
y los rezagos de reformadores convencidos
Inventan la pólvora
digitalizan su carreta
y sacan una liebre del sombrero empolvado.

ATROFISMOS: SIMBOLISMO I

IMPOSICIONES SIMBÓLICAS

1) OPTICA/. Son tantas vidas al margen, rodeando el sentido apresurado puesto de manifiesto al momento de opinar a favor de los objetivos comunes. Identificarse por sola comodidad existente.

2) TRINIDAD/.Las consecuencias complacen, se invierten causalidades pocas veces previstas.

3) ANALEXICO/. Significa precario adivinar en la excentricidad del ritual, como las costumbres siendo cada vez mas similares adquieren la fortaleza novedosa de las artes orbitantes.

4) APOPLEXIA/. Vivir cerca de una frecuencia convenida, tornada de cuantiosos contrastes y caóticas coincidencias, complacer en frente, odiar de noche, maldecir en los desasosiegos, comulgar muy temprano adorando al Sol por hacerme protestante del descanso breve.

5) DESNIVEL/. Se promueve el dolor en el consumo interno del agotamiento crónico. La ventaja de indiscriminarse -porque es la culpa la que merece centralismo – designa una consciencia aleatoria, previsible, invariable, siempre cualitativa aunque de evidencia indispuesta, proclive a nociones descendentes.

6) CLAUSUL'a/.Comprendo el esfuerzo por la perfección cuando se oculta la verdad del esfuerzo y se desmerece la relación con lo vivo.

7) CONEXIO/.Quienes en ocasiones paralelas plantean una salida histórica al hecho inmaterial del futuro, están asumiendo una premeditada indisposición a un plano contractual dominado por el tiempo versátil.

8) DUCTIL/.Es preferible una condena matutina cuando se sienten personalidades en la claridad flexible y no cuando la noche, instancia gótica de percepciones psicológicas, se cierra en el descuido y transcurre lamentable, haciéndonos voluntarios confundidos de alguna persecución errante.

DIARIOS DE CONVIVENCIA, KAFKA - P.

A Franz Kafka todos los días lo he tenido en frente de una manera sigilosa, ese lapso ha sido ortodoxo y bienaventurado mientras el respeto ha sido mutuo y las pocas coincidencias que tuvimos no fueron para nada desagradables, por lo contrario, su convicción en el relato me mantuvo solidario con él, había mucho mas en entender de lo que leer significaba. Cuando Kafka era escrito lo primero era olvidarlo para continuar con la historia, no me cabía duda que todo lo que me trataba de mostrar no significaba nada en especial, era simplemente un cultivo nemotécnico de lo que faltaba adherir a su propia persona. La imposibilidad de mostrar la costumbre ordinaria en versiones de idioma le significaba un costo fútil. La intimidad siempre tenía que ser el reflejo de los ideales y no una innombrable posibilidad terrenal. Pensé que si lo consideraba imprescindible por hechos como esos y manifestaciones austeras, iba a concretar una capitulación social. 
Sin embargo los horarios flexibles en la oscuridad acondicionada a la cual él mantuvo intacta la intención literaria de no comprometer la realidad, le volvió exhausto. Los abandonos aletargados después de las jornadas interminables a la cual yo me había comprometido le volvieron apesadumbrado y sombrío, creyente de una nueva fortaleza mística fuera de serie. No había como delegar las responsabilidades inútiles para reanudar lo que no había iniciado, lo que se mantenía latente y tenso. 
Kafka muy cercano y difícilmente posible componía el orden inasistente, no puedo dejar de pensar en su pasividad para resolver el mundo, y en su prodigio anónimo y dedicado.