sábado, enero 29, 2011

LÍMITES / GRAVEDAD / DISTRACCIÓN

GRAVEDAD = DISTRACCIÓN 
GRAVEDAD = CENTRALISMO
DISTRACCIÓN = BIENESTAR-FELICIDAD-GRAVEDAD


Siempre habrá un límite hacia ambas direcciones
siempre habrá algo por descubrir en un eje distinto 
e invariables resultarán los límites fronterizos buscando en el infinito de su visualización
algo que no se entiende por causas extrañas,
que no tiene lógica,
continuo al trayecto polivante de las combinaciones,
o inventos de la razón cualquiera y la persecución ninguna.

Siempre habrá límites que transportan a otra dimensión,
a otra inmensidad,
por razones de gravedad 
que hacen vínculos permanentes ondulándonos
de poder y debilitándonos por atracción.

Gravedad ilimitada 
profunda en la seguridad de un centro original
nos mantiene en la comprensión de un mundo egocéntrico
algo rodeado de misterios
y centralizado en el intercambio complejo de lo agudo.

La gravedad es en definitiva la disuasión sugestiva que nos obliga
con su física aparentemente inocua.

Gravedad de razones influyentes
desenlaza en las proporciones la distancia desde los límites
aguardando prohibiciones y variables en condiciones incoloras (1, -1)
que también pueden ser desigualdades indirectas
espectros impasibles de masa inconsciente
provocando en la lucidez
el miedo creador de suficientes incontrolables
que en el trámite consciente
equivale a concluir que:
distracción = bienestar procedente del individualismo.

martes, enero 25, 2011

TRÁNSITOS INÚTILES DE SABIDURÍA


Después de un momento reaccioné ante el significado de ese hombre que había dejado aquel lugar en el más insignificante anonimato. Cualquier tipo de menor edad con la frescura conocida de sus acciones y la torpeza en el error que tienen sus movimientos, al menos dejaría el recuerdo de su desenvolvimiento cómico, de su gracia tierna, pero ese hombre de aspecto decadente con características de invalidez y cuidado meticuloso frente al atropello premuroso de la sociedad técnica se tornaba disuelto, en la forma de un estorbo aborrecible que se hacía invisible y lúgubre como la muerte.
Como pieza incapaz para corresponder con esta situación, olvide pensar en los recursos del habla, en el arte del trato, en la habilidad de la improvisación con motivo de gestionar la confianza suficiente que tanto anhelan este tipo de hombres cuando se trata de corresponder en algún servicio. 
Posiblemente creen en el área respetable de su ambiente, en que las cosas no se han movido lo suficiente hacia la miseria vacía del instante, no entienden que las cosas se han dejado de meditar, que la vida es un objeto, y quien trasciende ya no son ellos en medio del universo ni la plática en la tertulia estelar que auspicia la lucidez, ya nada tiene extensión porque la cordialidad ha sido ridiculizada, la sensatez enternecida; hay facilidad por todas partes, abunda la comedia porque es un comodín de paz, no pueden entender la razón introvertida, la timidez gótica, el sufragio con iniciales, la presencia desconocida, sórdidas distorsiones conjugando con melodías de rebelión entre la electrónica y la vulgaridad.
Es que siguen presentes, su recuerdos todavía son el centro del alma, la idiosincrasia de la melancolía, no podrían creer en otra cosa. Ahora que lo entiendo bien, se sujetan a ser sombríos en plena incandescencia, a criticar el ritmo, y detestar el pragmatismo de su compromiso porque se deben a esos trámites, que hasta cierto momento de la civilidad fueron el sentido del intercambio y el punto de partida de la plena sociedad; estos señores desconocen que toda su vida ahora puede estar en unos cuantos ceros y unos, y pasar inadvertidos en menos de un minuto por un dispositivo que procesa millones de esos mismos. 
Entre los elementos de este tiempo su discurso es un asentir habitual, un encogimiento resignado cuando el oficio procede sistemáticamente a agotarlos en su añoranza, a intoxicarlos de impotencia, porque ha acabado la travesía y todo lo demás que mantiene su memoria importante, cuando se conoce del desenfreno y la acogida de lo irrelevante en simultaneo con labores que bien pueden ser de creación mecánica. Esta compatibilidad que los exalta les cristaliza los años en fragilidad pura, quizá por eso desvalorar su sabiduría es causa doméstica, desprestigiar su carácter se acomoda al ritmo de la chismografía que entretiene a la demolición del conocimiento práctico. Ignorar su indicación, engañarlos sin cordura, rebajarlos a la espera como si fueran un actor meditabundo que está dando vueltas a la reunión de todos lo que si encajan en la tolerancia e utilidad del presente.

jueves, enero 20, 2011

LECCIONES


¿Es seguro que no te permitas degenerar al menos por curiosidad lo que no puedes imaginar?

Se hace distante decidir, el tiempo no espera, las vueltas del destino crean a estas alturas propiedades discontinuas que aceleran la ansiedad por los desconocimientos que bien son de gran utilidad si a partir de una nueva reforma de fácil doctrina comprenderías en una sola vocación y en una sola dirección.
¿No buscas acaso recrear persecuciones y narraciones de soslayo?,
Ocultarte y descubrir el sonido de la demolición cuando no hay nada frente a tus ojos. Pudieras fingir nuevamente y desobedecer lo que tu quieras, odiando con crueldad lo que te disgusta, que es casi todo, salvo lo que vas tocando, lo que vas sintiendo, lo que vas estimando en intimidad, las partes que te hacen feliz, los fragmentos de una causa que nunca se harán posibles.
¿Felicidad o comodidad?
Que te hace digno, es cierto que no gustas de las presiones ni de las órdenes, nada con los populismos y los métodos domésticos para el servicio común, sin embargo hay cosas que aunque no gozando de tu experiencia pasan como vulgaridades que contagian según tu incomprensible tribunal, reniegas de toda amnistía cuando no hay esfuerzo y justicia que se demuestre incolora y posible de inhalar.

¿Visitaste la simpleza y recuerdas esa palabra perturbadora?
Las cosas no han cambiado, los rituales al cual te obliga la complejidad son un arte insustituible para tus deberes.
Cuando dejaste ese lugar de adviento, y la habitación de las ideas, donde te honrabas de misterio, genialidad, de frustración voluntaria; para luego volver con lo que te hacia falta, ó sea parentesco, los sueños eran visibles para cualquier consciente, tus cosas se explicaban por sí solas, no había dramas ni desconsuelos de que vivir y desquiciarse. En un lugar tan simple como es el vacío de no contar con el pasado ¿puedes imaginar cuantas ideas pudiste liberar? y ¿Cuántos complejos agradables contemplabas en la configuración discreta de un orden cabalístico y a la vez técnico?. Que bien se sienten los contrastes ¿No? , con la excentricidad como ideario habitual en el tiempo de ahora no se deberían consentir al menos liderazgos de sufrimiento, obsesiones de melancolía, ni resentimientos por herencia.