jueves, enero 20, 2011

LECCIONES


¿Es seguro que no te permitas degenerar al menos por curiosidad lo que no puedes imaginar?

Se hace distante decidir, el tiempo no espera, las vueltas del destino crean a estas alturas propiedades discontinuas que aceleran la ansiedad por los desconocimientos que bien son de gran utilidad si a partir de una nueva reforma de fácil doctrina comprenderías en una sola vocación y en una sola dirección.
¿No buscas acaso recrear persecuciones y narraciones de soslayo?,
Ocultarte y descubrir el sonido de la demolición cuando no hay nada frente a tus ojos. Pudieras fingir nuevamente y desobedecer lo que tu quieras, odiando con crueldad lo que te disgusta, que es casi todo, salvo lo que vas tocando, lo que vas sintiendo, lo que vas estimando en intimidad, las partes que te hacen feliz, los fragmentos de una causa que nunca se harán posibles.
¿Felicidad o comodidad?
Que te hace digno, es cierto que no gustas de las presiones ni de las órdenes, nada con los populismos y los métodos domésticos para el servicio común, sin embargo hay cosas que aunque no gozando de tu experiencia pasan como vulgaridades que contagian según tu incomprensible tribunal, reniegas de toda amnistía cuando no hay esfuerzo y justicia que se demuestre incolora y posible de inhalar.

¿Visitaste la simpleza y recuerdas esa palabra perturbadora?
Las cosas no han cambiado, los rituales al cual te obliga la complejidad son un arte insustituible para tus deberes.
Cuando dejaste ese lugar de adviento, y la habitación de las ideas, donde te honrabas de misterio, genialidad, de frustración voluntaria; para luego volver con lo que te hacia falta, ó sea parentesco, los sueños eran visibles para cualquier consciente, tus cosas se explicaban por sí solas, no había dramas ni desconsuelos de que vivir y desquiciarse. En un lugar tan simple como es el vacío de no contar con el pasado ¿puedes imaginar cuantas ideas pudiste liberar? y ¿Cuántos complejos agradables contemplabas en la configuración discreta de un orden cabalístico y a la vez técnico?. Que bien se sienten los contrastes ¿No? , con la excentricidad como ideario habitual en el tiempo de ahora no se deberían consentir al menos liderazgos de sufrimiento, obsesiones de melancolía, ni resentimientos por herencia.

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