miércoles, agosto 21, 2024

CUANDO A LA VISTA SALTA UN ESPEJISMO Y, SIN EMBARGO, NO ES MÁS QUE EL RESULTADO DE UNA SUMATORIA DE EMOCIONES ENCAUSADAS POR MÚSICA QUE FLORECE DEL PIANO…


El océano se extiende firme normalizado bajo las condiciones de una naturaleza atiborrada de virtudes, nadie puede contra un todo inimaginable, es lo más amplio y misterioso en los confines del universo, puedo nada más que pensar en sus mediciones y el relato inspirador en cada hombre que lo ha visto desde la peña de un acantilado donde rompen las olas y su contemplación profundamente apacible. No deja de emocionarse al ver que cada palabra que pueda mencionar o escribir no podría colmar el estudio totalitario de semejante legado continental increíblemente excitante, un inmenso laboratorio de vida que se respira desde edades que todavía conservan lucidez y rebasan en sensaciones perfectamente descritas.
Puedo vivir para siempre frente a lo que admiro sin apenas conocerlo, desde las entrañas de un remoto silencio que aguarda teorías de sus millones de años en constante evolución. 
Me brota del corazón un sobresalto emotivo y también de estremecimiento, cada cosa es distinta si la siento y aunque el todo al encuadrarse mientras se mira parezca una secuencia previsible y monótona, no lo es, porque al igual que cada acción o movimiento de un ser único, existe en él un detalle, la característica propia, el sentido distintivo y también genuino para lograr percibir su manifiesto existencial con un agudo discernimiento. 
Bajo la lupa del firmamento se busca respuestas y sensaciones frente a lo incierto de su presencia cada vez más diluida con la brisa que le choca al rostro y lo encoge de hombros, lo devuelve sosegado y otra vez como un nuevo ser, predispuesto a todo y con el corazón abierto frente al devenir, aunque los estruendos de las olas intimiden cualquier intento sentimental al acercarse, salte a la vista un espejismo, regresemos en el tiempo y la sumatoria de emociones se estremezcan con el piano de las memorias que nos van dejando solos a medida que deja de florecer, una estrella fugaz cruza el firmamento una noche de luna y las manos tiritan de emoción al tocarnos el semblante gélido, respirar y cerrar ese libro de historias que nunca se terminan de leer.

«...Cuando a la vista salta un espejismo azulado y, sin embargo, es la sumatoria emotiva mientras se escucha el sonido sensible y encausado goteando en sí mismo, como lluvia premeditada brotando de abajo hacia arriba…»

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