martes, octubre 29, 2024

RETAZOS de ANTiCiPACiÓN de un MANiFiESTO EMOTiVO


Pienso en todo lo que me perderé
cuando el olvido se posicione ante los objetos incandescentes   
el pequeño rostro volará en el torbellino,
me veré obligado a cegarme frotándome los ojos
estimulando en mí un relato más de melancolía,
a deambular en el mañana
fuera de lo que soy,
existiendo sin bitácora en medio de un mundo deshabitado,
abriendo los brazos bajo la lluvia
en clara señal de aceptación,
sin importar lo estrepitoso que fuera;
una gotera pronto será ese gran charco para reconocerme.

Me miro las manos y por fin entiendo
congratulaciones por llegar hasta aquí, 
estoy asombrado con el resplandor al primer contacto
y, sin embargo, aún no me siento bien,
las fibras de mi corazón no calman de vibrar,
el piso donde camino está hecho de hielo, 
tiento, pero la inestabilidad es como un lodo en el fondo del río
las piernas no me sostienen,
momentos imaginarios me recrudecen en la oscuridad,
pienso en todo lo que me perderé 
si reincido en cometer desdén,
lo ganado rodará al primer impacto:

Un vidrio roto 
mi propia vida en mil fragmentos 
una fotografía desvanecida en una línea atemporal,
repetiré, sin la conciencia de estar viviendo lo mismo
los errores reiterados y mi ausencia inexplicable
cuando el sol queme a través de delirios
y la velocidad gane pulso al tocarme…,

aunque intentarlo fuera un acto de bien e inspirador
terminaré pateando el tablero
con los elementos podridos de hostilidad
mientras este mundo hecho mierda presiona mis sienes,
desearé fingir cualquier consentimiento
nada podrá anteponerse
una expresión al natural se escribirá en simultáneo,
todo lo perdido volverá a florecer un día de primavera,
no me sentiré desolado
en cuanto manifieste
en cuanto vibre de emoción
y en cuanto sienta moverme como pez en el agua.

CUANDO es MEJOR CALLAR y NO TeNTAR A LAS CUERDAS VoCALES

¡Cierra la maldita boca!

Un pedazo de metal cae del cielo y se clava perpendicular en el vórtice de la pérgola, a punto estuvo, si, pasó muy cerca de la imaginación, pudo y no pudo, ser o no ser, me quito la vida o se la arrebato, es una prueba punzocortante desde el punto de vista de quien todo acepta inmóvil con palabras contemplativas y quien se niega y se revela en la acción inmediata de una decisión completamente al unísono, en plena liberta de acto, sin albergar el costo definitivo de quietud y la contemplación del tránsito nocturno y la lista de verbos rudimentarios lanzados de una acera hacia la puerta de entrada del restaurante sofisticado que ofrece la mejor carta y es señalada como el fin último de un proceso decadente de superproducción. 

Ningún deseo reivindicativo tiene por sentido entrometerse en las circunstancias predestinadas, nada se puede hacer, la cura de silencio evita no levantar sospecha, en la firmeza de asimilación un instante puede transcurrir sin la mayor influencia aun cuando todo siga girando en aspavientos alegóricos cerca a cualquier mirada como el contraste místico que todo ser pensante puede percibir cuando las cosas se despejan y sobresale la marea de un charco en toda la extensión, un segmento de riel, una paradoja de hechos sospechosos de causalidad y evidencia ante lo convencional, cosas vagas en permanente naufragio por aguas neutrales de inconsciencia, cuando hay un intento de adentrarse, dormir en sus profundidades y un brazo descolgado aparece como una señal inequívoca, la exposición a la vergüenza desliza en frío una llamada de atención, entonces todo vuelva a empezar en las mismas coordenadas.

Permanecer así, en la naturaleza inorgánica que simplemente refleja la esencia minúscula de todo ser expresivo en sí mismo, por lo cual nada es más sincero que soslayarse en el transcender del tiempo contándolo desde un rincón a baja luz, con intenciones inmutables, aceptar circunstancias para no responder y estar sometido a autoculparse un largo periodo quizá de pisadas tenues y de apasionamiento débil a consecuencia de diálogos cerrados por una razón nueva, un pensamiento floreciente que tan solo interpretará lo visto con un gesto y tal vez el movimiento singular para el cual el sonido es inexistente.

lunes, octubre 28, 2024

ViDA PERSONAL y UNA CAJA SiN SALiDA

¿Qué somos finalmente?

Una prueba en vacío que divierte con ocurrencias y decisiones convencionales. Cada esfuerzo totalitario por dar el siguiente paso y comprender cuando se va realizando hechos que por un instante dieron la intención de llevare nuestra vida por un reflejo mal dado es la vulnerabilidad a la cual cegamos los ojos, nadie puede aspirar a salirse del inmenso laberinto como condena y mirar nuestras circunstancias desde una visión más lúcida, no es posible alcanzar a ver sin desconocer nuestro individualismo absolutamente imprescindible. 

Hay una división evidente, es simple pero ignorada, nuestros deseos son sueños devastados que lucen incompletos entre la incoherencia de palabras y muestras febriles de amor para caer en un hoyo complementario. Por razones de intercambio mutuo, el hombre olvida pronto, se sacude sin quererlo por abrazar un espacio permanente, la luz se hace diagonal, el faro se apaga, lo conseguido se hecha a la deriva, el polvo se posa en cada cosa y elemento construido y la materia se deja desentrañar, pronto se trasluce, se hace invisible, si alguna vez existió, fue una causa perdida desde el momento mismo de su creación, si darnos cuenta la fortaleza de todo lo creado para tener sentido se va haciendo más holgada, fuimos construcciones tupidas, también las hicimos como imagen y semejanza, y la vulnerabilidad del instante, la incredulidad para distanciarnos de estudios válidos, de certeza universal, nos someten en caída libre, esa asignatura pierde prioridad, por consecuencia el vaso quedará sin agua, cuando el líquido de la inmortalidad se ausente al fin y la superficie nos haga sentir nostalgia, nos encogeremos de extremidades y las capacidades únicas de seres vivos pensantes serán reemplazadas por prótesis y automatismos, una caja de programación rigurosa en una jornada rígida para el esfuerzo, ganancia y la inercia inevitable del ciclo de la vida, un casillero cerrado para la interpretación racional en el oscuro narcisismo de una vida personal que es el mundo desconocido por el cual la vida entera se encarga por hacernos explorar como si todavía fuésemos una pieza singular que dice y hace cosas genuinas.