sábado, septiembre 23, 2006

DÍA VEINTITRÉS


Si devuelve la noche
una deslumbrante mañana
con todo y su alba que se extiende
hasta destejer por instancias la penumbra de las cortinas
y los atrios de las hojas descompuestas...

Si devuelve la noche
en los ojos un brillo
como el halo
de un sol anónimo en el cosmos,
o la cicatriz de luz
que descubre la almohada...

Si devuelve la noche
un pajarito en el nido remoto,
y a los cachorros atolondrados
por debajo de una mesa en desuso,
nos volveremos en destiempos
a su ternura,
y nos volveremos
hacia nosotros mismos,
en la ficción del fondo de los espejos,
y nos volveremos
no solo para despertar
con nuestro mismo asombro,
veremos en él
que somos vitales
como el día que antecede a la noche...

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