miércoles, octubre 26, 2011

PORQUÉ VUELVES POR AQUÍ


V
Me ha parecido que no tuviera razón
el significado de andar solo a contracorriente,
retomando el dramatismo que me dirige al camino esparcido de hojarasca;
ya en invierno padecí enclaustrado la decadente soledad
por la enfermedad que me produce la nostalgia al aire libre.

I
Si nada encontraré,
¿Por qué sigo insistiendo en provocar la causalidad?,
que me haga esclarecer las emociones
suspendidas en la oculta negación
de los días miserables que me sometieron al sufrimiento.

III
Nada se ha hecho incandescente todavía,
ni la balada siniestra que me ensordecía de tumulto,
ni una sola pieza de los desconocidos
compuesta de simetrías y delirios de persecución
dispuestos a corregir sobre la inexperiencia
para que sea algo más relevante ante los ojos
que me vieron equivocarme y entorpecer
las  dedicaciones románticas
y las intenciones de melancolía que trate de representar
con argumentos de entera humildad.

II
De que me ha servido
recordar en los cojines helados de la habitación sin salida
la posibilidad de iluminar alguna esperanza que jamás llegó.

IV
Esos días enfrentados a la incertidumbre
derrotándome de miedo,
porque no podía aceptar la realidad de ser otro  - el que sería transparente- ,
desistiendo de los detalles que producía en la burbuja
las manías de introspección
y soliloquios intensos, con la consigna
de no ceder hacia el pragmatismo,
esa armonía de no callar cuando todo se había hecho absurdo
después de medianoche
y antes de padecer los síntomas de sabiduría.

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