miércoles, junio 20, 2018

PHILOSOPHĬA

Las páginas no siempre fueron silenciosas y durante un largo periodo requirieron la animación de la palabra pronunciada, pero a fin de cuentas la naturaleza del texto terminó por acallar la voz. Hace ya largo tiempo que la filosofía adquirió un marcado carácter textual y, desde entonces, el escrito domina toda la vida y todo el comportamiento del filósofo. Dicho carácter se manifiesta de diversas maneras, empezando por los lugares mismos de trabajo: sitios repletos de libros, obras de referencia, archivos y cuadernos de notas, refugios íntimos, apartados personales, en los que el sigilo refleja el placer del escritor y el lector solitarios ante su página muda. El escrito, que ya no reclama el auxilio de la voz, ha provocado que nuestros hábitos intelectuales se hayan vuelto taciturnos y no es sencillo percibir las profundas transformaciones que se ocultan bajo este techo.

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