viernes, septiembre 14, 2018

CRUCIFIJO

El crucifijo está inclinado 
sobre tu pecho voluminoso. 
Dios aún está vigente en las ironías. 

Fui ingenuo al pensar que solo yo 
encontraría un equilibrio… 
Estoy convencido, 
la oración se atiende, 
la forma importa unos cuantos valores; 
fui descubierto un tiempo después 
nada menos al escucharme, 
por el chasquido 
al retroceder en los pasos, 
por el entreacto , 
cuando olvidaba y subestimé inconsciencia. 

Ahuyentar esta reflexión del débil 
con el desprestigio esencial doctrinario, 
afectándome en implícito el sistema nervioso. 

Me tiendo amordazado 
sobre su voluntad húmeda, 
cuando voltea a verme 
no existe discreción 
estamos en todos los rincones 
cometiendo actos y fisgoneando desde, 
negando pero deseando más. 

El sol cae y las reflexiones son un punto muerto, 
nos precisamos en cosas mundanas 
y luego, volver a ser creyentes. 

En instantes seré un ser furtivo 
de líneas negras 
holgado delirante 
socavando en los ‘defectos’; 
Dios aún está vigente en las ironías. 
Parpadeamos y nos dejamos al infinito, 
cada vez más frágil, 
perdiendo la memoria, 
sediento como el indigente de boqueras 
sosegado en un laberinto de persecución, 
propenso a callar y dejarme a la inconciencia, 
aletargado y minucioso 
ávido de pasiones extrañas que me hagan reavivar 
antiguos deseos de historias incompletas; 
pero Dios aún está vigente en las ironías. 
No encuentro razón para detenerme 
bajo la luz (en el entramado) 
recuerdo y toco 
nada me puede hacer abdicar, 
mi mente está sometida, 
divago 
no pienso, 
intento esconderme, 
nos escondemos en una añoranza oscura 
retratada en la primera cita 
la cual me encargué de negar 
y ahora es el secreto de un atrio platónico 
del tiempo en retrospectiva, 
como un espiral hacia mí, 
frágil entre muros 
y con el piso mostrando el crucifijo 
que después de nosotros 
cedió hasta dejarnos expuestos.

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