Buscas una mísera sonrisa y no la encuentras, ninguna, no abrazos, no bienvenidas, nada, síntesis en fase terminal y, por lo contrario, la idiosincracia de esa misma mierda negandotelo todo. Lo que si hay sin proponérselo es una lista interminable de razones para mandar todo al demonio, incluso a mi propio destino, destruirlo ahora mismo.
La mayor bisectriz para olvidar objetivos y creer en la destrucción, es desistir cuanto antes, pasar por caja, hurtar lo último, el cartucho, y finalmente bing bang.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario