Estoy despierto y no convenzo de ser yo,
Todavía no me acostumbro
Y soy inhabitable dentro de mí,
Todavía nos vemos con extrañeza en la casa de los sueños,
Nos respiramos intrínsecamente
Susceptibles desconocidos de largo aliento
En una misma plataforma de la convivencia.
He dicho: ¡ya vuelvo! Y no he recibido ninguna palabra que le corresponda,
He mirado a los ojos de mi entorno y he recibido vergüenzas,
No soy un intimidatorio
¡ Ellos son la extrañeza !
¿O yo para ellos?.
Recuerdo la plena confianza y las relaciones mímicas e insolentes miradas,
Pero todo eso es quimérico
Pactos de una conciencia aleatoria
En una hora en un día sin registro.
Me he llenado de temores,
Ni solo puedo entrar en comunión con mi dominio,
No existe un equilibrio
Un formula rutinaria
Que me consuele y me que disponga frente a los demás.
Pero estamos compuestos en fracciones de cualquier materia incógnita
Y con presencias fóbicas, separables,
Siempre disfuncionados
Negando por algún motivo desconocido la adherencia,
Solo puedo pensar en la mitad que nos corresponde
En el consenso utópico que nos unifique
Y que nos contente
En una sola forma no-dubitativa y no-extraña.
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