lunes, septiembre 14, 2009

EL PROCESO DEL NOBEL DE LITERATURA

Una vez al año, Horace Engdahl se convierte en la persona más poderosa del mundo de la literatura. A sus 59 años, es el presidente de la Academia sueca, la encargada de seleccionar el ganador del Nobel de Literatura, y uno de los benjamines de la institución. La mayoría de los otros 18 miembros pasa de los setenta. Pero eso sí, el ánimo no les falla, y la cortesía escandinava no quita lo valiente.

“Les aseguro que no se trata de una asamblea homogénea. Nunca sabemos por adelantado lo que va a suceder en el interior de la Academia. Hasta el último momento no se sabe con seguridad quién será el vencedor. Mantenemos la cortesía pero es un debate acalorado. Cuando se habla de literatura ocurren cosas sorprendentes”.

Cosas tan sorprendentes como la concesión del Nobel a Doris Lessing, que no estaba en ninguna de las quinielas. Nos hacen reír las especulaciones - dice Engdahl, siempre son erróneas. Según él, una vez que la decisión está tomada los desacuerdos se sepultan. El mayor de sus numerosos lamentos, reconoce, es no haber llegado a dar el Nobel a Jorge Luis Borges.

El trabajo de la Academia sueca dura todo el año. La primera fase de selección se da en febero, en el que un comité examina entre 200 y 300 autores propuestos por instituciones culturales de todo el mundo. De abril a junio la lista se va reduciendo a unos 20 nombres y comienza la labor de estudiar los textos, preferiblemente en lengua original.

“En ocasiones recurrimos, especialmente en el caso de los poetas, a traductores que deben jurar mantener el secreto y que vienen a explicar las sutilezas del idioma original”.

Para verano los candidatos ha sido reducidos a cinco. Y aquí viene lo mejor: los académicos suecos pasan las vacaciones como el resto de los mortales, intentando leer todos los libros para los que no han tenido tiempo durante el año (“Bueno, en principio”). En septiembre tiene lugar la asamblea plenaria en donde, mediante votación secreta, se elige al ganador por mayoría absoluta. De no darse, se organiza una segunda vuelta con los dos candidatos más votados.

Los académicos tienen libertad para hablar de los candidatos en público siempre y cuándo utilicen nombres en clave para los candidatos. Hace cuatro años, Harold Pinter era “Harry Potter”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta información podría ser suficiente como para escribir una novela sobre la elección del premio nobel.

Me dieron ganas de trabajar como traductora. Hehe