domingo, julio 20, 2014

ENTRE CAUSALIDAD UNIVERSAL Y CONCIENCIA


Soy consciente en lo absoluto, por eso todo me pesa y me causa dolor, el desgarro se hace intenso a cada momento y, la alegría en esas exigencias de voluntad es ilimitada de poder humano.
Escapo porque quiero creer, donde las causas sean anónimas, para alucinar de sentimientos alternos, que siguen siendo básicos desde antes, para someterme a entendimientos desinteresados, que la gente ha ido olvidando por recurrencia a esa materia iluminadora, que todo lo desaparece.
Inspirarme por partes distintas, para descubrir en las equivocaciones del vacío, que es completo y uniforme. En las relaciones atropelladas en mi conciencia, que no escapan a nada del mundo físico, puedo estar pensando en una naturaleza extensa, lejana, ulterior y, desafinada en costumbres de otros horizontes, a la expectativa por ser reconstruida desde sus ruinas, que son maleables y, conocer al mismo tiempo en la velocidad que me dispersa, en la fatiga seductora de comodidades oníricas, los múltiples errores explícitos, en el centro de este universo, en el eje de esta conciencia, que no cesará mientras no cambie este razonamiento, que acompaña mi delirio de sabiduría, a cuentagotas de ese manantial inagotable.
Un paso más es el tropiezo con los enigmas causales, que antes habían estado recónditos, que se sabían por la deducción, por intensificaciones que se meditaban sin tregua.
La modernidad pudo partir de allí, de lo profundo y lo etéreo, del desprendimiento, de la simplicidad, de la categoría enésima de los perfeccionistas nutridos del espacio. Esa serie de todas las noches y de ese respiro de la frescura en los senderos del umbral, cuando percibían colores vivos resaltando una sombra, que no es la que vemos ahora. Bríos de sabiduría desbordante, colisionando con la mistificación oculta, hoy la sentencia oportuna quieta cuando todavía no se han cerrado los ojos a pesar del ritmo nocivo de proyecciones construidas para derrumbarnos, para hacer de la persona el individuo doméstico, que ha completado su historia en un momento fatal y en un momento finito.
La causalidad es la consumación terminal de la energía expuesta en historias de varios siglos y, la variación insustancial a la cual nos tiene acostumbrado todo ser que no conocemos, pero de los que hemos creído alguna vez su existencia y de la que también hemos confiado enmienda íntima o salvación próxima.

No hay comentarios.: