lunes, abril 29, 2013

Domingo: NATURALEZA MUERTA


Nuevamente domingo por la tarde y los momentos prolongados de agonía frente a los objetos que alguna vez significaron una historia de emociones espontáneas convertidas al singular, cuando la existencia empezaba a desorientarse del sentido y volvía a agotarse el impulso del porvenir hasta degenerarse en el paso gélido de la apatía, como ruina de lo más noble.
Sufrir delante de lo indestructible es padecer resignación entre las manos que te han ocultado en ocasiones trémulas, dejando a tu rostro un desorden de facciones del cual pareces desbaratarte frente a las ventanas misteriosas de esa habitación sin salida.
Cuantas oportunidades obstruidas por tu blindaje, por el señorío de la elocuencia, cuando no hacía falta ventilar los errores que ahora son anécdota fría y que tú comprendiste cuando recapacitabas después de lamentos y aguaceros de tus mismos ojos. Mira ahora lo que has creado a tu alrededor, esa gran muestra de aprecio ornamentando expresivamente tenues formas y el ambiente simplista de austeridad que le dedicaron con altísimo valor a las superficies que mantenías allanadas sobre los recuerdos traumáticos ocultos en las paredes que manaban de sombras y que reanudan a visitarte en torno a esta dimensión turbulenta, que ha anulado la mitad de tus múltiples apariciones, como ese portarretratos que te contiene a ti únicamente, como si hubieras subsistido proyectando estética para sobreponerte a la deriva, después de quedar abandonado como si terminaran de repudiarte. 
Devuelta al sofá mientras las condiciones se tornan más desfavorables en soledad, ya no importa de qué color es el encanto desmejorado, a que te dedicas si alguien realmente le importa, puedes dar vueltas y retornar aunque no lo quieras y olvidar pretendiendo imaginar situaciones idílicas cuando ahora sabes que te encuentras vacío de corazón y oscuro de alma. Lo cierto es que llega el domingo como lo es hoy y la vida se desmorona a tu alrededor, esa fortaleza se quebranta, ese vigor se retrae en una aparente enfermedad que te hace ver fantasmal por la casa de los sueños. Quisieras que fuera diferente y no lo es, por el simple hecho que cada propósito es para un futuro inmediato, no hay vuelta atrás, no hay rincón apesadumbrado que te devuelva renovado hacia las alegrías que perdiste con el tiempo y la felicidad que centelleaba en los deleites al aire libre. Tu habitación se ensombrece cada vez un poco más, el silencio parece algo crónico, mientras las cortinas te provocan escalofríos, porque en los corredores quedaron espectrales muchos recuerdos que se siguen infiltrando sigilosamente por las cicatrices que se ve de tu vida anidada en una telaraña adherida al abandono.
Ya no será posible un esfuerzo más por un amanecer convaleciente, nadie quedará contigo, ¿alguien realmente te escucha?  ¡no!, el dolor se disipa con el agua que se desperdicia y la voluntad -ese poder traducido en el  voluntario-  no te responde, sigues girando y nada se resuelve frente a todos los espejos que intentan revelarte las continuas tribulaciones, persuadirte para envolverte en una paranoia de voces que siguen fluyendo desde antes hasta éste instante, fotos chispeantes desde los cajones empolvados donde las escondes para remediarte con represión en alto sonido, con amargura y aullidos interiores que no cesan, y no logran desvanecer los residuos del candelabro que seguía avivando esperanzas, cuando la suerte parecía estar regada por el mismo cauce, el cual ya conoces muy bien.



BHONAZGUNN

No hay comentarios.: