viernes, junio 11, 2010

RAZÓN INFINITA



Temo sentirme bien
de varias maneras
cuando quiero sentirme pésimo de un solo modo,
el que parece decidido a resolver los inconvenientes cerrados
y las situaciones opuestas.

De nada me confío
los tiempos van admitiendo su realidad
y las virtudes como la calidad moral
son solo palabras escritas o trasmitidas a través de los medios;
la acción expresada en voluntades de servicio
no son parte del conocimiento
es un proceso de hechos propios.

Cada persona
intensificada por su vida
hecha de muchas cosas y creadora de bastantes situaciones
me obliga a la expectativa de los sentimientos
al riesgo de perder la gracia civil
en el desequilibrio de la contramarcha
quizá al desvío del enigma cálido
cuando se trata de existir con emoción
confundiendo a la estética de entallarse
con ese plan liberal de las soluciones a corto plazo.

Nada descansa,
ni la muerte pútrida pierde sentido
porque nos mueve hacia el lugar de los lamentos
para vivir un poco más de los episodios
que ahora resultan imaginarios,
y a las cosas desfragmentadas con nuestras experiencias.

Siento no cumplir aunque lo siga haciendo
en medio de los nervios que me causa la continuidad,
he puesto el infinito por razón
para salvar el abismo que puedo entender por otros
y a los errores junto a la disciplina
cuando siento nobles aspiraciones de pie alrededor del mundo.

sábado, junio 05, 2010

SOBRESALTOS


Los sobresaltos me hicieron imaginar los rostros omitidos
que aún perduraban por delirios invariables
cuando pasaban las oportunidades de la fantasía
de los atrevimientos insensatos con quienes habían compartido
los días sin fiesta y las risas sin voluntad
la equivocación como parte de gracia
los elogios ocultando intenciones
y el divertido sentido libidinoso de las persecuciones y los géneros.

Había fingido siempre
por una deficiencia que siempre he consentido
y por la ignorancia del hemisferio que he podido olvidar
porque no he podido vivir sin la guía que no encontré
y por melancolías atiborradas en las tres meriendas.

Los sobresaltos por razones confusas
y quebrantos amargos
por querer y a veces ahogarme
sintiendo susto de intimidad
y percepciones incompatibles.

Los sobresaltos sin los motivos del cuerpo
pero con la ansiedad platónica
realizaciones no obstante pendientes,
las que no existen en los límites presentes
pero que al mismo tiempo sentía,
siento,
son los que he comprendido en conocer
sin la dedicación contemporánea
y de los que había disfrutado alguna desmedida tertulia prorrogada y  paciente
con las complicaciones de la aflicción por otros
y los costos intocables.

No estar cerca es aparentar perfección
mientras atreverse al riesgo es fallar con valentía,
cuantas veces he faltado al valor
y he sonreído en los sobresaltos,
porque en los tiempos de incertidumbre
se iban fraguando alteraciones cuando evitaba todo,
ahora parece extemporáneo sentir.

Esas cosas que desconozco son las que he negado
sobreponiendo la imaginación y la épica,
cuanto sentimentalismo evidente,
de cuanta segregación se hubo valido el destino
para diferenciarme con rudeza y conocer desde
los acontecimientos públicos
la distancia del dolor en el tránsito de la oscuridad
y los hostiles ruidos fantasmas.

Cuanto me cuesta olvidar lo que no tiene medida
y lo que se hizo ideal en un mundo todavía sin forma.

Dentro de mí las cosas no han cambiado
porque nunca fueron absolutas
porque se han degenerado en la soledad que sintetiza
y en el rigor del silencio
que a veces y sin piedad
atormenta en la pluralidad y en la abstracción
con sobresaltos y confusiones
deseos extraños sin apremiar en el peligro
y diseños incomprensibles de perspectiva sólida.