martes, mayo 27, 2014

TRESCIENTOS OCHO (espiral)

 (versión corregida 3.0)

No fue moral;
en ocasiones se manifiesta la insurrección que sin saber leí,
las aspiraciones arquitectónicas que se incendiaron con la ira de la sangre,
la excesiva prudencia, aunque esa no fuera la palabra, solo un reflejo de retraimiento.

El conjunto de todos los golpes
(Numeraciones y otros estados de abstracción),
abordar de partes distintas
apresurarse en intenciones de doble personalidad
y llegar al acuerdo –contrastando–
el resultado de una posible fórmula
a la sombra del éxodo  –solo Dios lo sabe–.

Está llegando la calma, el desasosiego, la saciedad, derivarse...
Partiduras y enfoques psicológicos,
la exploración en la memoria de los idiomas y la generación extinta;
grandes sabidurías meditadas en el vicio
sorteando deseos, evidenciando formalidades por el show
de cuerpos abstractos, vejaciones, iterar, bifurcar, de estética pura...,
intentando clasificaciones,
vivir de algo
del tiempo bendito y la temperatura contaminada.

Figuras evidentes desde un malestar,
las grietas que da el mundo
y los objetos convertidos en geometrías extrañas sin trazo visible;
las formas que me son difíciles de controlar,
las inclinaciones de ayer y las que me persiguen por siempre,
la rutina interna –engullido–,
el 3 subiendo con cuidado para no despertar temores,
el 0 cuando no siento nada porque es nostalgia y me voy,
y el 8 por completar un lugar que se mantiene muerto
sin rastros, ni pruebas, sin virtudes razonables…, porque se acabó la inocencia;
eso sí, elemental y típico, opuesto pero reinante desde posiciones inciertas.

La gracia de sentir de este modo,
enumerando ritmos / encasillando diversidades
congregando todo aquello en espirales cruzados;
en tanto los efectos colaterales de distracciones
siguen cuajándose con el propósito de iniciar búsquedas
atrás en la melancolía
o adelante en un momento fortuito.

martes, mayo 06, 2014

INTERLUDE: MIDNIGHT ON THE BRIDGE



MEDIANOCHE POR EL PUENTE (C***)

Mi despido de ella, queriendo no hacerlo, y veo el camino de retorno, una larga noche de luces perpendiculares que se abren paso y despliegan un frío aterrador que hace más crudo regresar por donde nunca pensé hacerlo. Las manos en los bolsillos y el rostro cabizbajo, algunas veces en las nubes, sobreviviendo a mil por hora entre dramas insulares de ser el único en la hora inhabitable, cruzando por el puente de medianoche cuando las sensaciones interceptadas por el viento gélido concluyen en absurdos y paradojas alucinantes, de ser a media luz el interprete excéntrico de expresiones que traspasan las revoluciones de sentir sentir, querer querer, amar amar y evocar con altavoz un nombre que se disipa y vuelve, cuando el puente se hace más ancho, mas lóbrego y el empedrado prolonga recuerdos que nadie más borrará con el tiempo.


«SABBAT» «CALVARIO»


 

Rescindir con todas las sensaciones
y simplemente no poder hacer lo más imperceptible.
Las miserias me tienen aislado en un extremo mortecino.
Pienso, imagino, me impulso al primer intento sin importarme nada,
quiero existir bajo cualquier condición
sin embargo, mis extremidades se entrelazan como un espiral,
y ahí está nuevamente el revés,
la razón invertida a cada paso mío
un aliento más para el desaliento frecuente.

Me cuesta tanto seguir en la misma dirección,
ordenar el desorden acumulado
estructurar el desastre súbito de mis emociones dispares.

Querer a ciegas,
sentir que nada en nada parece asentarse para finalizar;
¡Cuánto dolor!
la oscuridad vuelve a convocarme
y ya siento su composición siniestra en mi entorno.

Sencillamente en mis manos
ya sea sueño o realidad
todo se desvanece,
es tan vacío caer en los poderes neutralizados
del impedimento,
porque las demostraciones
y todo lo que se pueda entregar con el alma grande
no alcanza,
las sensaciones insisten en melancolía,
los momentos felices no son siquiera intermitentes.

¿Qué hacer?
mientras la reclusión alberga un desánimo casi suicida;
no poder, aceptar y a la espera,
siempre en ese estado nocivo tan frustrante,
me tiene del cuello,
quiero salir de aquí
y vivir emociones a diario,
intensificar el absurdo a cada momento
revolucionar el instante con impulsos neuróticos
y electricidad continua a través de las células,
que se precipiten
en una cadena transitoria de espontaneidades,
de acciones inolvidables [para la memoria básica]
y vivir a costa de todo,
en simultáneo
y a gran escala del desenfreno ocurrente,
a pesar de la fatiga,
de la hora veinticinco
del frío,
de la desidia
de la madurez enviciada
del orden crónico exasperante
de los digmas
y reglamentos de apariencias para idiotas.