sábado, agosto 29, 2020

Umbral: ANTES DE EXISTIR


Hasta aquí las razones han cambiado, todo vuelve a empezar otra vez, no mentir, no decir la verdad, no tomar la palabra, no emitir juicio…, una tenue sombra al final del pasillo, soy yo, respirando bajo condiciones atemporales.
Todas las cosas, personas, lugares aunándose en una forma de espectro inseparable, para hablarme al oído, historias de oscuridad que me perturban a cada momento, mi sentir no es más que una consecuencia crónica de algo que ya sentí antes, antes de abrir el corazón al albedrio de los fuegos y las pasiones, antes, cuando las noches se tornaban en mitología, criaturas que deambulaban, padres interpretando cancioneros románticos para ilusionarnos entre melancolía, para soñar estremecidos alrededor de arte calamitoso, hambre persuasivo, humedad recalcitrante, polvo a través de muros improvisados, antes, antes, antes, me sujeto perdiendo facultades, antes, en un momento inmortalizado, evocando dioses solitarios, un contraste imborrable, definición por dos de algo que dejamos de ser en el fondo de una caja negra.
Recuerdos que nunca más necesitaré volver a mencionar.

jueves, agosto 27, 2020

BAJO MI PROPIA SOMBRA


Aquí acaba el mundo 
y comienza la eternidad.
En los cientos de kilómetros trajinados
por el territorio de un país en decadencia,
me siento afiebrado por incontables visiones del mundo, 
ardiendo bajo el sol de frustraciones,
mientras transpiro amargamente por lo que soy
y lo que todavía persiste alrededor.

Leo fascinado a escritores proscritos, 
y asimilo música elemental de eminentes clásicos,
Mozart habla a través de lo que siento,
me apacigua bajo mi propia sombra
hasta la torre de mis sentidos,
alucinando en un tiempo extraviado en la memoria
y que es persistente como un gran poder de anulación;
no necesito de este delirio para dejarme ir,
no más deseo de mi ubicación geográfica que no sea el mismo.

Pero esta realidad extensa
y causante de los fracasos que me dejó el tiempo,
me hiere con su arquitectura caótica,
me hiere la incapacidad estética de sus gustos
y sus itinerarios moralizadores.
Es como asfixiarme
en encadenadas prohibiciones;
a veces ya no puedo salir al frente
porque el oxígeno está viciado,
en el rincón más profundo 
en el ángulo expuesto que nadie hizo a su voluntad.
Me es imposible imaginar retratos, postales, descanso,
la forma de ser de quien ve y vive dando vueltas,
es una manifestación incisiva 
interpretando permanentemente el sentir de otro;
no lo puedo entender
me hace un hoyo en la cabeza,
no me resta fuerzas para nada más, 
de tanto caminar inquieto 
en sus amplios y rústicos pavimentos
me hago un monumento gris;
el gran desperdicio me deprime, 
me siento más solo que de costumbre,
señalado entre idiotas desconocidos, 
son tan patéticos como yo en este instante,
muero con ellos 
sangro con ellos
me diluyo con ellos
soy infeliz también como lo son ellos en sus jornadas,
tropezando con inmundicia, 
respirando su mismo aire nauseabundo,
acomodándome a más sandeces para no expresar que soy un extraño,
viendo y atendiendo la trivialidad de muchas vidas,
de la materia imperfecta que ya tiene forma de una roca
y se mueve como un molino de aspas heridas,
apenas, a casi nada,
dejándose al vivir por vivir del hombre sumiso,
vencido en cuestión de inmovilidad temporal,
haciendo de este lugar, indeseable,
la proyección de un mundo feo y atrofiado
ampliándose en más errores consumados 
en la línea del derecho a todo, 
sin cargo de conciencia, sin fragmentos de un mea culpa.

Aquí acaba el mundo
y se desestima cualquier rezago de esperanza.
Cada amanecer nos muestra el lado oscuro del ser humano,
las palabras convertidas en basura,
la tierra débilmente impulsada por el viento,
y el olor recalcitrante a mortandad.
Un ambiente denso me despoja de las últimas virtudes,
los rostros ante mí son más impactantes
tienen el color del esfuerzo que nunca descansa;
mirar es padecer,
hasta creo que este lugar siempre ha sido así,
vivir de esta manera,
sumando más conformidad al lado oculto de la moral,
un aliento de regocijo por la doctrina perversa,
vivir amando resignación en la miserable calamidad
de la peor obra razonable.
Ya mis pasos no pueden dar más, 
no tengo más razones desenvueltas para anhelar algo distinto,
estoy casi al límite y no hay salida,
se interpone un nuevo laberinto hasta lo poco que pueda sentir,
la creación de un mundo azul
con argumentos iluminados y un campo inmenso por descubrir,
maravillarse con el sentido ideal de un espacio propio,
corresponderse tal cual con su civilización.

Aquí acaba el mundo y lo demás es incertidumbre.
Me limito a rendirme ciego,
quiero creer en algo dotado de belleza, 
caminando lo suficiente,
sin percibirme cabizbajo en el espectro que anda conmigo,
mostrando mi claridad ante el inevitable crepúsculo,
para empezar una vez más,
respirando sin temor a nada,
sin escribir la historia con los ojos vendados,
ni con las manos puestas en la primera ambición.


martes, agosto 25, 2020

ACROMÁTICO


Palette Still Life Editorial by Lisa Jahovic
Lo fácil pasa ligero,
es a veces ornamental
y connotado apático.
Muy romántico por tradición
en un invierno permanente,
con las cosas dispersas
dominando la escena,
sucediéndose 
en situaciones casuales,
como si las expresiones sintéticas 
imitaran la mano de obra 
a través del lenguaje clásico
en el aletargado tiempo onírico.

Objetos aclarando y oscureciendo, 
asociaciones perfectas acentuándose 
en dialéctica armonía, 
no son necesarias las descripciones orales,
visualizar y respirar entre la visión crítica
y el ambiente genuino.
Nada porque alterarse,
ficciones aún superan la realidad,
el exterior sigue siendo folclórico
es inminente, ahora puedo verlo,
el porqué de una burbuja,
distanciando la vida de lo inerte,
la elocuencia del mutismo;
escondiendo al sol
por la sintonía de debilidad
y cualquier indicio agresivo 
que atenué la actividad sentimentalista
como crudo acto humano,
prohibido, 
si el entorno son las vanidades
o bien, el perfeccionamiento estético
en perspectiva de ausencia humana.

Trataré de no gesticular y mantener la compostura,
pasar como un organismo gris
entre la superficie sólida que es un mosaico 
en tonos instintivos, suspicaces,
naturalmente intensos,
tal cual esencia misma del arte exclusivo
que también imparte polémica,
el que será pagado al más alto precio
por nuestro planeta —cada vez más acromático—
sometido al servicio del placer abstracto
y de las insaciables exquisiteces del hombre.

Steffan on Instagram_ “My first collaboration is between myself
and sculptor Florian Tomballe

lunes, agosto 24, 2020

RADIOGRAFÍA


No me importan las revoluciones temporales definidas,
solo me intereso en la vehemencia de elementos
esforzándose
ante un tumulto de obstáculos naturales,
que son lógica desde los rincones predecibles,
por la irá de vencer cualquier circunstancia,
de no volver a repetir palabras o comportamientos, 
de no detenerme a pesar de una señal prohibida.

Me conozco cuando decido parar,
y cuando me caigo
ardiendo de dolor,
y cuando me equivoco y lo asumo con gracia,
conozco las palabras que diré
y las cosas que dejaré pasar por alto,
sin atreverme a conformar la sintaxis del NO,
porque aún tengo música 
como una dosis infiltrada,
calmando, razonando en voz tenue,
que me hará volver al camino, 
al incansable andar consecuente
de pensamientos secretos; 
denodada vibración en un holgado espacio solitario.

Nada me hará cambiar de opinión, 
letras o números, 
metafísica o cibernética…,
volveré a dar giros en imaginaciones 
y al oculto misterio de sueños sin fin.

No requiero extensiones artificiales  
que me motiven a recrear contextos absurdos,
mi necesidad es un conducto hacia el drama
sentir la persecución de alguien que me observa,
asociar mis imaginaciones hechas de muchos retazos ,
modificar mi obsesión al ritmo,
alterar mis actos incuestionables,
combinar cada sentido,
mirar en una sucesión acelerada 
realismo y deducciones, 
con el cual me pueda reír de asombro o de costumbre,
hacerme el desfallecido que está dejando de respirar
mientras construyo una vida intocable.
No me importa si mañana vuelvo a conocer síntomas de desolación
porque ya he sentido el frío que te puede llegar a consumir,
la indiferencia que te convierte en el más pequeño
y te hace ceder debilitado a desaparecer;
no me importa hasta qué punto sea la caída,
mi espíritu sigue siendo el mismo
y las inquietudes todavía están presentes,
puedo esforzarme
alimentándome de ira, injusticia, desconcierto, angustia, adversidad…

Soy incansable,
gracias a esta flexibilidad de sonreír en la peor situación,
y de mantener el buen ánimo
siempre consciente de mis facultades.
Me gusta esto de existir
y sé que pronto veré con claridad 
lo que ahora está ensombrecido,
el andar no puede durar toda una vida,
los distintos caminos solo son parte de un juego
que hará hasta lo imposible 
por detenerte o desviarte de conseguir
el sueño que te hizo el hombre más feliz de la tierra.

CUANDO EL TIEMPO ACABA


Todo empezó con la toalla de baño. Dormía placido entre las 8 y 11 de la noche, de súbito desperté por un extraño sonido fuera de mi habitación, abrí despacio la puerta, saque la cabeza, ni un solo ruido a lo largo del pasadizo del segundo piso, seguro fue algo que estaba soñando, sentí la necesidad de caminar hacia el baño, me eche agua en el rostro, cogí la toalla y me sequé como intentando quitarme cualquier despojo de sueño que aún me restaba, quizá friccioné con mucha intensidad que la toalla me mostró sangre y una materia desconocida. Levanté mi cara hacia el espejo, aún no veía nada en él porque no tenía ninguna lámpara prendida, buscaba el interruptor con ansiedad, cuando lo encontré, presioné con cuidado en on y no lo podía creer, se aceleró tanto mi corazón que en definitiva no era un sueño, era real, tenía ante mí una visión absurda, un rostro tan limpio y sin expresiones como es la espalda o cualquier segmento de la piel humana extendida sobre una cavidad, como si fuera plástico derretido y alisado al mismo tiempo para mejorar las imperfecciones que salen o ingresan del rostro. Sin ojos, sin boca, sin orificios nasales y con el cerebro agujereado por donde me salían centellas oscurecidas. Cómo podía verme entonces, no lo sé, solo sabía que era yo, no se puede hablar por otro, estando plenamente consciente de su existencia en el ahora, no podía tener temor de mí, más de lo que veía en ese momento. Yo un ser sobrenatural actuando de forma típica pero con un sentido auxiliar que podía palpar, oír, sentir y ver, el cual desde luego no podía reconocer en qué parte de mi cuerpo se encontraba. Me dejaba llevar por la percepción, por ser sombra difusa y no poder coger nada más que el trémulo, sentir escalofrío, tensión y pensamientos encadenados de recuerdos y perspectivas, calculando cada cosa, enumerando los pasos para salir o querer traspasar los muros, memorizar cada acción, experimentar con cuidado cada movimiento, mi lista de acciones e intenciones concatenadas a otras para vivir en la millonésima fracción o la macroscópica visión del universo, repudiando lo que soy ahora, asco por mi inmundicia para arrastrarme estando sensato, maldiciendo quizá lo que hice mal, por cuánto fui torpe o lo que me faltó por alcanzar una vida nueva, un cuerpo apropiado, una inteligencia promedio, mis facultades a prueba de cualquier adversidad o comodidad…

domingo, agosto 23, 2020

SABIDURÍA


La sabiduría es un tema diario.

Comienzo.

La puerta abierta genera dudas. Lo digo por quienes se fueron y no volverán. Al final se quedará uno solo.

Es simple, pedir soledad en pleno tiempo de desinterés.

El frío irrumpe más, los minutos sagrados que deambulo queriendo todo en un momento, me contienen a pesar de cualquier iniciativa.

No hay fuego y las revoluciones del sinsentido imperceptible culminaron con los muebles nuevos, con el televisor nuevo, con las zapatillas de marca y el teléfono smart.

Siendo sincero, la poesía ha quedado en mis prioridades cómo una nostalgia de carácter inmaduro e innecesario. 

Lloro con los instantes de cine clásico, ese que se reinventa cada cierto tiempo en formatos de gran definición y que me hacen retroceder más en el tiempo para revelarme el chispazo de sensaciones que me fueron negadas en todas las etapas de mi vida.

Lo demás, frívolo, insípido, en conjunto un imperio visual que me niego a obedecer, para comer alimento marginal sin digestión, que por el reflejo de conmociones y/o repugnancia, recuerdos mal habidos o disparates enésimos como manías autodestructivas, las impulso sin medir cautela hasta el océano de mierda. 

(Toda la crítica es bien entendida respecto a la tensión y espera del público, esa gran presión-peso multitudinario por el producto, hace de actores y producción un efecto fugaz de final y poco a nada, la espera en el vació porque la presión en el hombre es demoler la imaginación que se pretendía)

Me obligo a servir y a entender.

Me obligo a ceder por el asco del intercambio.

¡Entendamos!, quiero decir:
No escucho respuestas, solo imprudencia, cosas sórdidas que me descomponen pero que las contengo con censura en la boca, en los ojos, en la piel, en mis oídos y en un espacio anacrónico a veces supra-humano, supra-inhumano.

Interlude: APARIENCIA


Cuando todo luce impecable
el brillo se hace notar,
los rótulos resplandecen en perspectiva interesante de color,
de relevancia
de volumen
de calidad
de forma
de fuente 
de estética
y de trabajo del hombre,
sin embargo,
se acrecientan las distancias,
todo lo extraordinario parece intangible...,
presiento que no es más que un espejismo.

viernes, agosto 21, 2020

LA PESADILLA DEL TIEMPO PASADO


Me levanté delirando en la pesadilla de tiempo pasado,
fue de madrugada, 
el silencio prematuro,
la oscuridad absorbiéndome.
A veces no quiero dormir
la ensoñación me tiene al filo de las horas,
no quiero asentir, 
es un gesto inmaduro que quedó atrás;
mis deseos son una mezcla de nulidad y sensatez.
Quiero volver a ser el mismo,
el mismo olvidado en alguna parte 
mientras avanzaba, caía y me perdía en pasillos de espera
y volvía para contar mi verdad
en una simple hoja de papel.

Se van extraviando emociones y alegrías sinceras.
Cómo decir que alguna vez tuve este amigo 
porque teníamos tantos temas en común
y ahora somos caras opuestas con el paso de los años.

Mi sabiduría es minúscula, 
quiero saber más pero estoy limitado en cualquier aspecto.
He visto que levantar la mano 
como acto de saber o de completar mejor una idea
es para sentirse avergonzado entre tantas miradas amenazantes;
al final sabemos tan poco 
y resolvemos chispazos de este mundo que dice renovarse
y termina siendo el mismo,
una gran mentira en todas sus dimensiones.

No nos entendemos,
la mente cerrada,
los mitos seduciendo a la masa cuando ésta lo requiere;
los tiempos se suceden en alegorías y supersticiones, 
en el fondo seguimos con la consigna tradicional,
ignorantes que se dejan deslumbrar por un ridículo ego.
 
No me siento bien, la verdad, 
las horas para mí son un apremio implícito de liberación.
Ser libre quiere decir
ironizar todo lo que no me resulte aceptable;
el orgullo se esconde
y cuando ve la ocasión,
sale para defender un castillo de naipes.

Malditos días los lunes,
apenas abro los ojos para renovarme una vez más
y pronto los estoy cerrando
un viernes por la noche,
cuando todo el mundo descansa,
agotado en una litera, 
en el colchón endurecido 
que al menos me deja desaparecer
después de trabajar como si mi vida entera se diluyera en tanto esfuerzo
y la tarea repetitiva anulara las últimas ilusiones;
solo me queda soñar en un soleado fin de semana,
en dudar y permitirme escapar imaginariamente 
en medio de ninguna parte…

Llego a casa y los quehaceres me devoran en vida,
quiero algo más, 
y no creo que la familia sea una vía de escape para sosegarme, 
solo es un caparazón para sentirse al amparo y aceptarse tal cual,
no se necesita ir más allá, 
no es posible competir y atreverse por donde nadie lo intentó,
fallar en el acto es como no perder algo que valga la pena
porque ya todo parece consumado
en el anhelado almuerzo del mediodía, 
en el televisor siempre encendido que ha crecido con nosotros,
padre, madre y el mejor amigo.

Intentos de locura, 
persecución hasta llegar a un lugar desconocido 
y reconocer rostros que nadie observó, 
que nadie más pudo tocar.
Seguir de esta manera, 
debajo de los sentidos incisivos, 
sin dejar rastro 
y con la indiferencia de reconocer 
con quien mantuviste un pasado. 

Alejarme, 
un lugar como yo aguarda mis comentarios críticos,
pero a mí no me restan signos de vida, 
las probabilidades de convertirme en un hombre de bien
decidido a explotar todas sus facultades
decae en el horizonte. 
El sol deja de brillar,
estoy corriendo en dirección del fin del mundo,
también me convierto en mitología de un tal anónimo.
Una sucesión de más líneas en abandono del alma,
una cuestión de salir y responder con más sensaciones de auxilio,
cuando las cosas no significan la misma forma
y creo sentir el afecto de alguien, 
quizá de ese dios abstracto que nadie puede ver 
y sintoniza en extraños momentos y delicados sentidos.

La pesadilla del tiempo pasado, 
algo que nunca podré olvidar, 
no quiero cerrar los ojos por puro cansancio
es mi vida un camino permanentemente consciente.
Si soy absurdo o no lo soy 
si me permito brazos caídos 
y templados órganos como ductos emocionales.
No requiero de más personas,
cada quien baila con su pañuelo,
trato de oírlo pero mi práctica cede a contradecir.
Las casas seguirán selladas,
tenemos tantas cosas en común,
este aire, ésta tierra, aquella pesadilla del tiempo pasado…
En la imaginación anterior, 
el timbre de la música que corre por una sola vía,
y me acostumbra el oído 
a escuchar sentimientos de otros, 
los que se complementan con los míos, 
me hacen vibrar de emoción,
ganas de sentir a través de alguien que no sea yo, 
recrear paisajes inspirados en un déjà vu
cosas dispersas alrededor, 
una ciudad que se convierte en tristeza o felicidad,
cuando finalmente el cielo se despeja y puedo enjuagarme el rostro,
mi sombra cesa de deambular,
dejo la serie de hechos breves
y vuelvo al camino espontáneo,
cuando las puertas por fin cerradas
me muestren el gran estruendo.

miércoles, agosto 19, 2020

OBSCURA LIBERACIÓN (Presagio)


I

Cuando estremezca la hoguera roja,
no podrá detenerse,
no quedará humano con ganas de percibir semejante calamidad;
creerán que lo han visto todo
y que éste padecimiento se olvidará pronto.
Cuando estremezca la hoguera roja
las mariposas muertas volarán de nuevo 
con sus alas negras portadoras de pestes
y un día no será suficiente,
la desgracia será sentida en cada rincón del planeta,
un estruendo se escuchará en oídos de vivos y muertos,
quizá sea todo para cualquier forma existente,
el fin de una era,
a lo mejor sea la única forma de remediar errores y sanar heridas
de ésta civilización envejecida que crea y destruye a placer.

II

Ser libres será como adagio escrito en muros todavía en pie,
nadie más en su sano juicio será dócil a la mañana,
el aire no fluirá más por las ventanas abiertas,
la cama quedará solitaria
sin látigos que la aten, 
sin ásperos reclamos,
regocijándose toda saciedad,
alternando risa con sueño,
magia con sol;
cuando estremezca la hoguera roja,
no habrá valentía posible, 
los rostros pasarán como hojas secas de un árbol en pleno otoño.

III

Rememorar desvergüenzas
dentro de la belleza mundana,
será una prueba para naufragar y retractarse,
matar al ángel purificador que fue muy paciente en el fango.
Roto cualquier cristal de ilusiones, 
esperaremos juntos
a que el reloj incremente paranoias
con palabras siniestras,
obligándonos y sometiendo a crédulos e incrédulos
a cometer apatía
en medio de este tiempo aletargado de pesadumbre
y abreviado del vivir,
a fundirse en más aislamiento,
separarse en diversas identidades frágiles,
quedarse para temer en donde siempre se temió, 
sin orgullo que valga la pena,
pisoteando el jardín que florecerá,
mutilando anhelos que surgen al despertar,
hacerlo sin remordimiento, atendiendo insensato
que los pétalos perecen pronto,
manipulando en el vacío 
explicaciones delirantes,
automatismos al borde de más demolición 
sin saber de esta codicia desmedida,
siendo un cazador imprescindible para anteponerse al drama
de los que jamás llegan,
paralizados ante el perfume balsámico,
dulce pócima,
embriagador de corazones humildes,
que nunca dejaron de asentir,
y no llevarán la salvación momentánea al cuerpo disuelto en agonía.
Nauseabundos recuerdos bastarán, 
negarse también a un mundo renovado por una paleta de colores,
una dosis no será definitiva,
deambularemos solos con un animal atado al cuello
por la pampa de un estremecedor camposanto 
a la espera inconsciente del gran proyectil,
de la estirpe próxima,
del alto precio por conseguir la obscura liberación.