miércoles, agosto 28, 2013

TRÍPTICO DE BIENVENIDA


TRÍPTICO DE BIENVENIDA
CUANDO LA NOCHE PARECÍA TREPIDAR

***Cinética del Claroscuro***

Te aclama la naturaleza,
¿Por qué, quién eres?
Te reclama la naturaleza,
porque significarás alguien,
alguien esperando ese significado de ti.

El mundo se encoge en este momento,
se encoge para ti;
porque nada está perdido
porque si levanto la voz como los terrales,
y soy el agitador absurdo de nacimiento
 despertaré de un sobresalto
 a los encargados de dominar el sentido del hombre.

Nada se acaba,
todo retorna,
vuelve al principio,
y termina en la noche,
en la oscuridad absoluta
cuando sientes vació y aparece una luz sobrenatural.

SANGRE DE INMORTALIDAD (LA V DIMENSIÓN DEL CÁLIZ)


Una mano sangrienta, brota de una copa dorada. 
De cada dedo germina un santo persignándose a la primera luz. Animales silvestres beben de la copa la vitalidad, para ser inmortales en su condición. La devoción del ritual es fiel al hombre extinguido, a las cualidades domesticas que se abren paso en el campo maestro de la Trinidad.
Canto de los cielos, una nueva gloria engrandece la pacificación desde el núcleo hasta las estrellas. Pedro, el pupilo sesgado por la mano, brinda esperanza con retoños angelicales suspendidos en toda la gloria que sigue utilizando al mundo como su purgatorio. La sangre fluye como maná, es la mano de Cristo, del Cristo Salvador, que ha muerto por nosotros y nos da el cáliz de la esencia inmortal, cuando la escritura finalmente termine por cumplirse.
Cantos, cantos, un paraíso bello, un amanecer sin lamentos. Estamos guarnecidos por la ley divina en una dimensión de oro y prosperidad. Tierra nueva, sangre inmortal, hijos mansos como los nombrados por Ezequiel, en el claustro esperando por todos, los que vuelan lejanos y los que están tan cerca como almas inocentes sin mácula.

EL ILUSIONISTA SIN TALENTO


Llevo el celular, de la habitación al baño, del baño a la azotea, de la azotea a la cocina, de la cocina a la lavandería, de la lavandería al jardín, del jardín al garaje, del garaje al zaguán, del zaguán nuevamente a la habitación; como si esta manía se convirtiera por necesidad en un círculo vicioso. Lo agarro con mucha fuerza, como si me colgara de la última oportunidad que tengo de seguir ligado a esa ilusión que ha perdido todo sentido.
Es sábado como si fuera viernes y nadie se acuerda de mí, ni por error, salvo las operadoras que no desmayan en ofrecerme sus servicios con su voz coloquial que con mucho pesar termino rechazando, sin embargo yo insisto en hacerme creer que los contratiempos siempre terminan ocurriendo especialmente en estos días, sobre todo pasada la tarde, cuando el ambiente se torna estupendo para pasarla bien. Pero es un engaño que me tiene entretenido, no quiero pensar lo peor, y lo peor es para mí reconocer que no importo más que una simple compañía, que debo aguardar encerrado cuando todos son felices divirtiéndose, mientras las horas me desmoronan en una soledad a ultranza. Que puedo hacer más que intentarlo yo, perder la dignidad una vez más, insistir a ojos cerrados para encontrar las puertas que no se abren por nada, que otras se cierran al instante y que se acaban todas las posibilidades conforme los días me convierten de pies a cabeza, en un ser cada vez más deprimente y patético.
Me levanto creyendo lo contrario, porque necesito seguir viviendo al menos de la rutina, de lo ordinario pero vanidoso que me resulta aparecer inmutable y mostrarme inexpresivo frente a los demás. Pero no soy duro, soy dúctil, pusilánime, y mis píldoras contra la nostalgia son los ritmos frenéticos que hablan de muchas estupideces. Es cierto, quiero perder el sentido y me defraudo en cuestiones prejuiciosas que se oponen a cualquier ética, como avergonzar al que ignora, maldecir al indigente, despreciar a los agitadores populares, satanizar a quien no piensa como yo en este estado de desgracia.

Cuando esto sucede, la vida pasa delante de mí en un sucesivo atropello de extravagancias, gestos, vulgaridades, imprudencias, ridiculeces, torpezas, accidentes, discusiones, bataholas y desgarbada comedia produciendo miserias que siempre estoy dispuesto a padecer alrededor. Convivo y me maltrato con la amargura de ser insignificante para reír, responder, confesar, corresponder educado y mandar al diablo, a todos los que hacen más asfixiante mi vida por ese ángulo del tiempo en que respiro por un agujero, y bebo gotas de quien se acuerda de mí con un acertijo, que dice en código amical: «¿Puedes hacerme un favor?», «gracias amiguito, te ‘pasaste’…», «te llamo para salir…». Sí, es cierto, para salir y seguir esperando esa promesa que jamás se ha cumplido. Porque sin quererlo, soy el perfecto tonto útil, que pone el hombro a las chicas que lloran las peleas con sus novios, el que malgasta su dinero en invitaciones hasta quedar en la  bancarrota, el que todavía cree en los mensajes con poesía y las dedicaciones con detalles que no hagan más que insinuar, cuando lo único que logro, es acomodar la mesa para otro, y quedarme como el sustituto que sigue esperando la llamada que jamás llegará, el día y la hora en que también deseo salir por ahí, disfrutar del fin de semana y querer, aunque no tenga ese talento.

LA JAURÍA DE TODOS LOS SUEÑOS


Es extraño, la noche anterior soñé que una jauría me cerraba el paso antes de llegar a casa, aullaban quebrantando el sosiego y su ladrido era tan voraz, que me encogí como un niño y me quede inmóvil esperando el peor desenlace.

Al día siguiente, cuando llegaba del trabajo, una jauría dispersa a ambos lados de la pista, parecía desafiante a la mínima instigación; algunos de ellos jaloneaban desperdicios de carne descompuesta con la bravura que sólo recuerdo haberla visto, en esos canes rabiosos que deambulan jadeando cerca al basural, en medio de un sol abrasador.

He podido pasar, como siempre cabizbajo, sumiso, atento en todo el radio de mi sombra, sobrellevando la tensión acumulada de muchos traumas.

Hoy en la tarde, cuando me descubrí el rostro humedecido por tanto temer entre mis temores, estaba sentado en uno de los escalones que sube hasta mi habitación, sufriendo porque nadie escuchaba mis lamentos y porque la soledad de la casa, era tan tormentosa como aquellos ladridos que me perseguían por todo el arenal posterior a la chacra, antes de llegar a ese lugar donde mi padre me esperaba y conservaba imperturbable su fe en mí, socavando sus inagotables esfuerzos por salir al frente de las dificultades y las maldiciones, exponiéndose debajo del gigantesco sol que arde, jugando a vivir o morir rodeado de jaurías que esperaban su precipitada caída desde el andamio.

No obstante, yo sin hacer presencia y él todavía esperando.

Al día siguiente todo ha sido tan normal y sin contratiempos, un sol sin efectos, las calles sin peligros —casi sin naturaleza—, y yo dándole un fuerte abrazo a mi padre.

martes, agosto 06, 2013

Interlude: FELICIDAD BAJO PALABRA


Que será de ti, ya ni el sol del parque, ni el frió de junio arremolinado de hojarasca, ni tibio siquiera para presumir fingiendo. 
Todo se desvanece con el tiempo y la distancia. 
Se ha cumplido un año con sus efectos, en el anonimato más crudo.
Ver a la luna en su forma extasiada, me ha descubierto renovado.
Que será de ti, ahora que puedo ver y sentir sin el menor cuidado a recordar.

viernes, agosto 02, 2013

FUNDAMENTOS DE UN HOMBRE MUERTO


Mi consciencia tiene epitafio, año 3K7QW, coincido con las pruebas de extinción en la era de doctrinas oscurantistas propagadas a nivel universal. Todos los métodos por sobrevivir cada cierto tiempo cedieron a una caducidad inmediata cuando el sol apenas relampagueaba entre huracanes adorados por indígenas atroces que deambulaban las ruinas del poco sentido común que todavía ornamentaba las bases atípicas de muros construidos para contrarrestar las epidemias de demencia sensacional a cargo de amnésicos que despilfarraron sin opiniones en contra, las evidencias más lúcidas en un periodo que no lo necesitaba, porque todo ya se había echado a perder, desde que los nuevos nacimientos producidos en la promiscuidad, abrieran la última llaga de la que se deshizo el hombre certero que todo lo intuía a pesar de la niebla grisácea corruptora de sus innumerables pensamientos buenos y malos, del mandato de sacrilegios y alegorías de bandada de bestias atropellando como una avalancha desde el interior de la tierra, la industria del terrorismo y los vicios de drogadicción aprobados por audiencias públicas, cuando el pueblo parecía dominado al unísono por el enfermizo canon de las revoluciones ejemplares que salieron adelante, desmintiendo su propia ficción y alardeando en contra de sus propios defectos la utópica soberanía de un régimen criterioso para cada ámbito del sistema mortal.
Los hombres sin salir airosos, porque eso buscaban, seguían forjando simbología mítica en condiciones de abandono al futuro, de represión al intento de ir hacia adelante, cuando la geología se imponía como el enésimo imán de salvación para toda una raza hipotética que por círculos temporales siempre declinaba a saber con la vida expuesta en intenciones, como se lograba la estabilidad sin daños, imaginando, plasmando.
Pero la locura [sentido privilegiado] con los pies en la cúspide y las manos en el interior de los órganos, seguía en la misma metáfora de siglos horrorizados por muertes y muertos, sangre y putrefacción aumentando el espectáculo de desgracias infinitas que seguían sufriendo con la práctica del nuevo orden mundial (ya descalificado para toda civilización venidera) los fundamentos más convincentes que los hombres han rendido culto como proyección de un ritual en la mesa del vino y en el río estéril de la primera bendición. 

jueves, agosto 01, 2013

ENTRESOMBRAS (Again)

Este  lugar compuesto de misterio y calamidad, está lleno de sombras melancólicas,
este lugar soy yo
lleno de sombras habitándome la vida.
Somos la  moneda de dos caras idénticas,
ensimismado en sombras que me miran,
que nos vemos
que nos tememos
Y que a la vez nos reconfortamos en la gravedad de la interferencia.
¿Quién teme de quién?
¿O nadie teme de nadie?

El dolor  se sobrepone al misterio de la oscuridad
las sombras no saben dónde seguir amedrentando,
y yo no hallo donde iluminarme;
bajo y subo sin dejar de ver mis miedos
 que aún no están abolidos,
la azotea construida sobre las sombras que brotan en la noche de escándalo negro,
en la noche del silencio absoluto,
de la historia que anduvo bajo mis pies sepultados en el concreto.

Este lugar está lleno de sombras
este lugar proviene de mi
mis miedos son este lugar,
este lugar produce raíces del terror,
pero yo soy adulto a imagen y semejanza de ese miedo,
soy el miedo y las sombras,
no temo ni me temen
en la pared bien puedo estar grabado
por lo que soy dentro de este cuerpo entresombras.