miércoles, diciembre 26, 2012

Matthew Fox: BENDICIÓN ORIGINAL


Hacernos amigos de la oscuridad,
soltar y dejar ser
Vaciado, Silencio, Siendo vaciado, Dolor, Hundiéndose, Nada, Pecado, Salvación, Cristo - La cruz
“La Ilustración nos ha convertido a todos los que vivimos en la civilización occidental, en ciudadanos de la luz. Y de las luces. Buscadores de la satisfacción del cerebro izquierdo, que está orientado hacia la luz. La invención de la bombilla de luz, de la electricidad, de las luces de neón y de los parcos interruptores de la luz fue un maravilloso producto de los adelantos tecnológicos de la Ilustración. Y con la bombilla de luz llegó también la radio, de modo que ya no sólo eran nuestros ojos los que eran atraídos hacia el exterior, sino también nuestros oídos. Con la televisión experimentamos un nuevo tipo de máquina de luz; una que combina ojos y oíos, luz y radio, para atraernos fuera de nosotros mismos. Luego vino la televisión a color, cuya luz es una luz muy, muy brillante de variedades de arco iris, aún más atrayente y exigente. La religión ha llegado estar también muy orientada hacia la luz en occidente. La religión del Positivismo es casi luz pura. Y todos los himnos sentimentales que ignoran la oscuridad o la reducen antropomórficamente al pecado humano y, por lo tanto, a la salvación, contribuyen a una iluminación excesiva de nuestro mundo.
¿Qué precio hemos pagado como nación por toda esa luz? Nos hemos vuelto temerosos de la oscuridad. Temerosos de la falta de luz. Y por ende, del silencio. De la falta de imágenes. Queremos más: más imágenes, más luz, más beneficios, más mercancías. Y si Eckhart estaba en lo cierto respecto al poder de la resta versus el poder de la suma, durante el proceso, nuestras almas se marchitan. Porque el crecimiento de la persona humana tiene lugar en la oscuridad. Bajo tierra. En pasadizos subterráneos. Ahí donde “ninguna imagen ha llegado jamás hasta los cimientos del alma”, sólo actúa Dios.
Una espiritualidad orientada la luz es superficial: como una superficie, carente de las raíces profundas y oscuras que nutran, sorprendan y arraiguen al gran árbol.
Los maravillosos misterios en funcionamiento que son nuestros cuerpos están llenos de oscuridad. Nuestro corazón funciona muy bien –en la oscuridad. Nuestros hígados, nuestros intestinos, nuestro cerebro: todas las partes hermosas, armoniosas y operativas de nuestros cuerpos benditos realizan sus asuntos cotidianos –durante la noche y durante el día- completamente a oscuras. ¿No es maravilloso? ¿No os llena este pensamiento? (un oscuro misterio sobre el que vale la pena meditar: la belleza del interior de nuestros cuerpos) de asombro, de gratitud y de alabanza por la cosas increíbles que pueden suceder en la oscuridad? ”