viernes, enero 31, 2020

OSCURECIENDO PARA BIEN


Oscurece
oscurece muy pronto
un gran montaje se va imponiendo al anochecer.
Miro hacia arriba…
Es imposible mantenerme frontal al infinito,
me inquieta imaginar que el universo transcurre
y no puedo percibir siquiera
 vectores no identificados a baja velocidad,
colisiones celestes;
mis limitaciones son sensaciones mortales,
los brazos se desprenden,
mi conciencia se apaga ante la incertidumbre,
el frío nocturno me hace desistir,
me quebranto por ilusiones entumecidas…,
es la bruma luminosa del horizonte
adormeciéndome en un hombre de multitud,
confinando mi voluntad
¿por prosperidad de un planeta químico?,
¿por compensación al ser viviente que se asfixia?
y no logra alcanzar dimensiones
estrellas distantes, 
algo inverosímil
donde las cosas transcurren sin diferencia de horarios,
sin sentimientos opresores 
sin memorias que atentan como imágenes fugaces.

Sigue oscureciendo para bien,
no quiero cerrar los ojos;
deambulo vehemente por saber más,
trato de adherirme a formas enigmáticas de algo vivo 
albedrío en razón de rebeldía,
primero tintineante
luego fenómeno
y finalmente raciocinio.
En esta situación de especulaciones instantáneas,
la gama de sapiencia es un espectáculo
en proyección de persecuciones sigilosas,
criaturas inquisitivas emergiendo desde las sombras,
causas anómalas en pleno desplazamiento.

Es belleza la oscuridad,
es fantasía especular teorías,
el viento es emotivo,
me entretengo dilucidando 
luces tintineantes,
el mutismo de un mundo en suspenso
por los que descansan 
y los que se atreven a seguir en pie,
vinculándose a través de letargos profundos
y más silencio confinado
de una noche prodigiosa.

Pequeños seres los que somos,
siempre bajo condiciones,
apresurándonos a desaparecer,
intimidándonos con aullidos 
de animales dóciles 
que también son mortales
o voces extrañas que nos restan
 inquietudes,
imaginaciones,
una gran voluntad
o lucidez para verlo todo.

domingo, enero 26, 2020

A BUEN RECAUDO


Un golpe dotado de fuerza dúctil
me somete debilitado a horas definitivas; 
con apenas nociones de a, b y c
en una secuencia espiral,
siento densidad en el punto más extremo.
Esto me hace girar
como absorbido, como disuelto
en una máquina del tiempo,
sostenido en aire filtrado
existo de intenciones en proceso de shock;
dependo de mecanismos sucesivos
algoritmos por impulso de psique,
efectos de ciencia indefinida, 
causas rítmicas más dotación de voluntad.

Elementos me estimulan,
los encuentro por pura demagogia en mis lagunas mentales,
todo encaja exacto,
simetría para proyectar 
vanidad hasta el convencimiento,
mentalización en actos sustitutorios.

Pensar viene a ser como muestra 
en retrospectiva de actos,
modulando empatías,
tentando superficie,
asentando cuidadosos impulsos
electrobiológicos
en composición de falso y óptimo,
pensar una vez más en retrospectiva, acto 2
imágenes permanentes
retrotrayendo la escena como error de registro,
iterar en la manía
mendacidad,
notas anónimas,
pergaminos imaginarios,
obras del habla,
crucifixión reincidente en cronología de experiencias,
ahondando sin el mínimo antecedente
en especificaciones de papeles manchadas
y rostros explícitos,
que observan
tiempo/intensidad/secuencia/naturaleza
y el desarrollo artístico de obrar por ti
y para otros.

El horario ya no es una preocupación,
la exigencia es nula,
sustento a buen recaudo
después de tanto pensar
del defecto incisivo,
equilibrio de acciones y pasatiempos,
entonces,
percepciones como escalera
para deducir puntos débiles
y una pequeña luz agigantándose desde el fondo.

EN SEGUNDO PLANO


Decaerá mi conciencia
en un rincón de entendimientos,
tan plomo como ordinario,
y no volveré a decir nada más…
Callaré y comprenderé que no sirve de nada
perseguir discusiones justas 
sin dejar de nutrir los deseos de vanidad.

Imponerse es lo que finalmente importa,
los argumentos no son más que puntos de vista
de ciencias subjetivas,
que dicen cómo y explican parcializarse,
partiendo de una permuta de favores,
del contraste ideológico bajo reserva, 
ante ese público hostil
(pensante miserable),
a quien se le dirige para sostener
diatribas enrevesadas
por si las entiende y las acepta, 
o manifiestos descarados para retrasados mentales.

Dormir, alimentarse, verse bien,
en línea consecuente hasta la sumatoria irreversible
de más convicciones aceptables
 para asentir en complicidad
y políticamente reprimirlas
en su oportuno pronombre.

De falso ejemplo no quiero acostumbrarme,
meterme en una burbuja 
para un día no intentar salir,
ni por más sol
ni por más aire.

VIRTUDES MÁGICAS EN UN ESPIRAL DE SONIDOS


A la gente le asusta lo que no llega a comprender.
El devaneo de las cosas extrañas,
sonidos profundos,
perturbaciones calamitosas,
ruidos de miseria alargando la pena;
ahogo desencadenado.

Algo renace en medio de inquietudes lúgubres.
Que la oscuridad no sea el enemigo,
que la belleza sea unidimensional;
un túnel en el firmamento…, ese es mi gran deseo.

Las monotonías orgánicas son la expresión de la vida en estado puro.

Hay manifiesto de albur
sumándose
hasta encontrar escuchas;
un hombre taciturno medita sobre ello,
(agua/cromado/tierra/mineral/remolino/insoluble/)
vuelve a sonar la ventana
estruendo industrial
ascendiendo-despierto
descendiendo-inconsciente.
Un hombre taciturno medita, ¿qué lo hace complejo?

Crece la expectativa
me encamino en retrospección,
hay cualidades en cada escondite
y simbología elucubrando sesiones mortuorias.
Un capullo de insectos,
metamorfosis a la mañana siguiente;
mi energía menguada es de un agónico.

No es posible deletrear el enigma
la inmensa oscuridad
y el poder sobrestimado de deducción
son siempre una prueba de censura.
Pensaré lo que es,
sintiendo iré, asumiendo mi rol.
Murmullos, algo se siente,
una vorágine de enfrentamientos
aturde una gran tertulia,
corazones grisáceos…

Es increíble la oposición ausente y de los actores
mirar y admitir las cosas difíciles de explicar,
ellos son el estruendo de no ser.

jueves, enero 23, 2020

LA RENDICIÓN DEL COLOR



Camino a la largo de un puente,
alcanzo a ver un arreglo floral 
sobresaliendo 
cual horizonte de puesta de sol,
como si alguien me estuviera esperando 
como si nadie más estuviera
 después de tanto esperarme.

En el trayecto
intento cruzar tan volátil como imperceptible,
asoman dificultades,
las hay como condiciones,
es tal vez el romanticismo
o mi alto grado de ansiedad
con un color disuasivo
procurando ser ocurrencias metafóricas
hasta producir instantes felices.
Un ensayo más,
deseos posibles a corto plazo,
emociones aleatorias,
contemplaciones absurdas,
imágenes a perpetuidad sobre mí
bajo una lluvia de recuerdos
maravillándome como si se tratara de música,
señalándome para dudar ¿qué fue?
de los años transcurridos,
inquietándome para sentir
el calor fingido. 

Me hago preguntas
y más inquietudes,
respondiendo otra vez a nada,
con los ojos flotando tras un muro invisible
y mi sombra dispersa en la distancia,
donde vuelve a aparecer
un colorido arreglo de flores.

Me inmovilizo,
estoy a muy poco
y sin embargo, pierdo mis facultades.
Una ráfaga de polvo pasa por mi rostro
me empaña la visibilidad,
me hago torpe y deambulo en medio de ninguna parte,
algo me advierte un déjà vu.

Hablo del tiempo pasado
murmurando lo que pudo haber sido.
Estoy partido en color y hechos de piedra.

Los momentos inciertos, atentan,
me colman la cabeza de historias sin concluir,
seres que no están más
acciones insuficientes,
  intenciones inútiles,
frivolidad en un cuarto de espejos.
De pronto formas vacías
arena entre mis manos
abstracto intocable,
de pronto utopía,
de pronto rendición en blanco y negro.