No
tuve necesidad de abocarme a una actividad en específico,
no
tuve inquietud por creer en un dios,
no
lloré por alguien puesto que no albergo recuerdos a mi alrededor,
no sufro por ilusiones que al proyectarse resultan contraproducentes,
no sufro por ilusiones que al proyectarse resultan contraproducentes,
no
espero nada a cambio porque jamás hice un favor.
Tengo
varios nombres, no obstante me daría lo mismo no tenerlos,
no
deseo amar o lo que es lo mismo no me interesa expresar;
la
vida transcurre y yo transcurro en su misma trayectoria,
he
aprendido que seguir el camino del día siguiente es relativo
porque
nacer y morir se originan en la misma oscuridad.