martes, enero 19, 2010

INTIMIDACIONES PERMANENTES


Las imágenes de todo lo que vivo me vuelven alguien en quien no puede haber una mínima confianza, un ser desquiciado, de aquellos tipos desencajados como en otra parte, hablando entre los que parecen escucharlo, sin tomarle la palabra antes, sin mencionarlo luego, sin atender a sus dedicaciones existenciales, a sus ocasiones impropias, a su desmedida educación para tomar algo o dejarlo, para servir en cuestión de imprevistos y dejarse notar la indecencia por medio de alguna indiscreción sentida. 

El recorrido de las horas junto a la ansiedad de intimaciones especiales pesaba favorablemente en la torpeza insistente, nada me hacia suponer una animación desposeída de todo, había que colgarse de los factores intrínsecos, de las cualidades que se hacían en los sobresaltos, había que caminar mas rápido a pesar de la lentitud mediante, corregir los desvíos involuntarios de los perfiles de los varios opositores de la voluntad, del cubículo voluntario, había que saber alguna formula inédita para sonreír en dimensiones numéricas y doblegar al espacio en estados del pensamiento. Porque actuar a la medida de las situaciones era ponerse al hombro varias personalidades y distintos niveles de consentir; mi nombre era dilatado con el rumbo, las trayectorias circulares, el problema asimétrico de la izquierda, un mundo sobre otro mundo, mi causa utópica derretida en los claustros permanentes de las 2 p.m. y las 0 horas de mi ineludible sostenimiento.


2 comentarios:

Francesca dijo...

19 de enero...

Te leo Paolo.

Beso

Fran

Paolo Alonso Mohandas dijo...

Besos =, en html claro, gracias siempre.