sábado, agosto 28, 2010

308 DESMORONA

No ha sido moralidad,
en ocasiones se manifiesta la insurrección que pude haber leído,
las aspiraciones arquitectónicas que se incendiaron con la ira de la sangre,
la excesiva prudencia aunque esa no fuera la palabra solo fuera un retraimiento.

El conjunto de los golpes
numeraciones y otros estados de inmovilidad,
comenzar de partes distintas
partir de intenciones de doble personalidad
y llegar al acuerdo ideológico que pudiera ser la fórmula
la sombra en el éxodo  -solo Dios lo sabe-
posteriormente la calma, el desasosiego, la plenitud, derivarse...

Esas partiduras y los enfoques psicológicos,
la exploración en la memoria de los idiomas y la generación extinta;
grandes sabidurías meditadas en el vicio
sorteando deseos, evidenciando formalidades:
cuerpos abstractos, vejaciones, bifurcaciones, estéticas...,
intentando clasificar
vivir de algo
del tiempo floreciente y la temperatura contaminada.

Figuras evidentes desde un malestar,
las grietas que da el mundo
y los objetos convertidos en geometrías que todavía no se han trazado
las formas que ya no puedo controlar
las inclinaciones de ayer y las que me persiguen,
la rutina interna,
el 3 subiendo con cuidado para no despertar temores,
el 0 cuando no siento nada
y el 8 por completar un lugar que se mantiene muerto
sin rastros, ni pruebas, sin virtudes,
eso sí, elemental y típico, opuesto pero reinante desde posiciones sin certeza.
La gracia de sentir de este modo
enumerando los ritmos
clasificando las diversidades
congregando todo aquello en laberintos transversales, distracciones concentradas
con el objeto de iniciar búsquedas atrás en la melancolía
o adelante en un momento vacío.

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