martes, enero 10, 2012

Lector Cautivo : ARTHUR KOESTLER


LOS CONVOCADOS *THE CALL-GIRLS

Extracto:
Nikolai experimentó la misma sensación de flotación y éxtasis que en muy raras ocasiones experimentaba cuando, estando al piano, su propia identidad se extinguía y se disolvía como una gota en el océano. Había descubierto que la música, la más íntima de las experiencias, estaba con los astros a través de las abstractas leyes matemáticas. De acuerdo con los historiadores griegos, el matrimonio se había verificado cuando Pitágoras paseaba por su isla natal de Samos y se detuvo ante el taller de un herrero. Observando los sudorosos cuerpos que trabajaban, advirtió súbitamente que cada barra de hierro, cuando era golpeada por un mazo, emitía un sonido distinto; que el tono de cada sonido dependía de la longitud de la barra; y que si se golpeaban simultáneamente dos barras de hierro, la íntima calidad sensual del acorde resultante dependía de la proporción entre sus longitudes. La octava, la quinta, la tercera mayor y menor, cada una de ellas poseía un color y una sensación distinta; pero dicha sensación dependía enteramente de simples relaciones matemáticas. Fue un descubrimiento crucial: el primer paso hacia la matematización de la experiencia humana.
¿Pero no era humillante reducir las emociones humanas a un juego de números? Siempre lo había creído así; ahora descubrió que para los pitagóricos y los platónicos, ello no constituía una humillación sino un ennoblecimiento. Las matemáticas y la geometría eran búsquedas etéreas que  se servían de la forma pura, las proporciones y las reglas, no de la tosca materia; eran ideas incorpóreas que se prestaban a profundas percepciones y a deleitables juegos. El enigma del universo se hallaba oculto en la danza de los números reflejada en los movimientos de los cuerpos celestes y en las melodías que Orfeo interpretaba en la lira. Los pitagóricos habían sido adoradores del misterioso culto órfico, pero habían proporcionado a éste una nueva dimensión: consideraban las formas geométricas y las relaciones matemáticas como el misterio último, y el estudio de las mismas como la más elevada forma de adoración, la auténtica purificación órfica. La divinidad se expresaba por medio de los números.


*En un simposio científico en Suiza, los asistentes tratan sobre los diversos temas que la humanidad esta propiciando y requiere, y los argumentos explícitos para discutir cómo se pueden solucionar los problemas que aquejan al hombre; y como cambiará y se recombinarán las prácticas teóricas que la ciencia lúcidamente ha podido sustentar en propuestas aparentemente controversiales y desde luego erráticas, que a la actualidad han conseguido desarrollarse, pero que sin embargo en ese evento iban cayendo en dificultades y discrepancias, lo que finalmente concluyó en que estas conversaciones, diálogos e ideas se mantengan en reserva por la estupidez de algunos asistentes, y quizá por el poco optimismo que Arthur desde esta ingeniosa novela le depara al futuro del hombre, incluso desde la óptica científica que probablemente se erige como el instrumento que como hemos visto está cambiando nuestro tipo de vida, pero no necesariamente para restarle inconvenientes y hacerla mucho mejor, sino para ahondar en sus inquietudes e ilusiones que parecen indefinidas.

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