El tiempo va detrás de mí [detrás de todos…]. Las
promesas están muy cerca, me confundo en seguir, en escapar, en taparme la
cabeza y esperar del transcurso lo que suceda sin ninguna intervención mía.
Estoy haciendo todo lo posible pero siento que me derrito
en el espacio incierto. Lo que creo a estas alturas ya no tiene sentido, a
nadie le importa [no nos importamos…]. Sigo deprisa, pero no sé dónde voy, las
horas se han convertido en obstáculos continuos, posturas en mil condiciones,
sensaciones que me alteran, padecimientos del pasado y preocupación constante
por el futuro. No puedo vivir el ahora [como antes cuando era del tamaño de lo
que veía], el ahora me tiene descompuesto. Todas las teorías las he tirado por
tierra. No me sirve de nada leer, es alimento que pasa sin masticar. Mi rostro
no expresa lo que estoy viviendo [asfixia y felicidad], lo que tuve que
soportar y me hizo más insignificante. No sirvo para avanzar, sirvo para
permanecer y esperar el retroceso inevitable del tiempo.