miércoles, enero 28, 2015

DESCOMPOSICIÓN

Temo descomponerme ante el público.
Mi cabeza está por estallar porque el oficio me invade y las ganas de vivir se han convertido en una monotonía de dinero y ocio.


Un día completo para acumular más estrés. Al finalizar me tomo una gaseosa, salgo del recinto laboral, que al día de hoy se ha convertido en una maldita prisión donde cumplo mi condena de subsistir. A veces no quiero seguir caminando hacia el paradero, quiero desviarme y desaparecer, y en ese desaparecer fumar lo que sea, fumar para disuadir y filtrarme resignación seca hasta el inframundo de las entrañas, y quebrar de salud mis pulmones. Volverme otro y caminar sin sentido con las ganas revueltas de evadir la mediocridad y finalmente cometer atrocidades en un lugar remoto y con el rostro anónimo.

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