3
Olvidaré año, día, fecha.
Me encerraré a solas con este papel.
¡Nace con sufrimiento de palabras
lúcidas,
magia más que humana!
Hoy llegué de visita;
sentí
algo mal en la casa.
Y qué ocultabas en tu vestido de
seda.
Olor a incienso en el aire.
-¿Contenta?
Tú, fría:
-Mucho.
El muro de la razón turbada se
derrumba,
y yo, ardiendo en fiebre, acumulando
angustia.
Escucha,
da igual:
no ocultarás un cadáver
-¡atroz palabra, lava en la cabeza!-
Da igual:
cada músculo tuyo
como por una bocina
lo clama:
¡muerta, muerta, muerta!
No;
contesta.
¡No mientas!
(¿Cómo irme así?)
los agujeros de dos tumbas
abren los ojos en tu rostro.
Las tumbas se ahondan.
No llega allí la luz.
Sin duda
caeré desde el andamio de los días.
He tendido mi alma como una soga
sobre el
/precipicio,
con malabarismos de palabras me he
/columpiado en ella…
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