Siento que estoy en un mundo distinto, quizá paralelo al que vivo cuando todo es real, no siento calor ni frío, tampoco sensaciones incómodas que suelen originarse de la nada, solo estoy allí imaginando a todo el mundo desenvolverse tal cual como si lo hicieran habitualmente, mi imaginación sigue reproduciendo escenas vívidas y seres totalmente auténticos, me es posible mantener ese registro mental sin ningún problema. En ese insólito proceso desentraño algunas voces remotas que parecen dirigirse a mí, el oído no puede fallarme porque la noche está en su punto más denso, hasta es posible sentir el aleteo del insecto más diminuto o el zigzagueo de insignificantes criaturas que trasladan comida u cualquier cosa que les pueda servir para su sobrevivencia. Alguien se acerca pero no puedo verlo, no me asombra y no siento el mínimo temor, ni siquiera puedo voltear el rostro pero sigo escuchando que esas voces se acrecientan y pronuncian mi nombre con total nitidez, mi atención es completa, contengo la respiración y entiendo un saludo cordial, sin duda es alguien que me conoce, correspondo y casi de inmediato cualquier tema sale de la nada, sin darme cuenta estoy platicando con un ser sin rostro que habla desde la oscuridad, es un intercambio de palabras absolutamente natural como si estuviéramos en una banca de parque al sol de la tarde, sin embargo, jamás he hablado con ese sujeto en toda mi vida, no recuerdo esa voz, ese tono me es indiferente pero él conoce de mí, mis acciones, mi sentimientos, mi día a día, es increíble pero conoce muy bien cada detalle, mis puntos de vista, es minucioso y ha documentado cronológicamente cada hecho que me ha ocurrido durante todos estos años. Solo puedo creer que, aunque creamos estar solos hay una presencia imperceptible que sigue nuestros pasos, se posa ante nosotros y cavila en nuestros menesteres y pensamientos recónditos para mantenernos absortos en la divagación de una ilusión, un proyecto, en una rutina, en la disposición única cuando necesitamos sentarnos a trabajar o a crear un producto como base de la estabilidad que necesitamos para no perder la brújula de un sentido y propósito que aún no logramos comprender por completo. Es una presencia invisible como pocas que quizá juegue un rol actoral en la secuencia de aparecer y desaparecer cuando una curiosa escena se antepone a otra casi por arte de magia, los planos de existir para mí son de un cambio constante, lo que siento es una profunda soledad pero que se satisface con actuar y definir mis expectativas frente a un contexto que se renueva y es más extraño que el anterior. Todas esas presencias representan a quienes pude conocer de una u otra forma, coinciden por una extraordinaria solución etérea que desborda mi imaginación. Presiento estar en un gran escenario de errores y pruebas haciendo de lo cotidiano una construcción absurda que denota una exposición visual incomprendida. Si tan solo pudiera sostenerme en un ángulo de lucidez para entender todo con más claridad, un estudio así de concienzudo me ayudaría a entender una teoría histórica del mañana, los rostros que veré, las circunstancias con total exactitud y esos hechos inexplicables de algún color encendido que despierta al que parece cabizbajo y asombra al que parece ido mientras un cruce de comentarios deja una palabra clave para que otro cambie de pensamiento y recuerde el ayer y otro pierda la paciencia y olvide a lo que iba, otro tome nota en tanto el clima vulnere tropical a través de la ventana y ponga en peligro la atención de muchos, el desacierto al caminar, etcétera, etcétera.
CAZANOVEL
«No entres dócilmente en esa buena noche. / enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz». Dylan Thomas
domingo, enero 26, 2025
LOS SUEÑOS COMO UNA CAJA DE RESONANCIA
Año XXV del II Milenio
Acaba un año y comienza otro, debiera ser diferente y no lo es, tendría que haber un acantilado desde donde se pueda contemplar cómo se alejan esos recuerdos del tiempo que ya se vivió en una inmensa isla artificial que se desplaza en altamar, pero no sucede, nada significativo es percibido, todo acto de celebración o ritual de despedida o bienvenida es solo una expresión pálida, superpuesta, fingida, de desperdicio por nada, actuada, experimental… Estoy dejando de creer cada día transcurrido, veo por la ventana y nada me sorprende, son las mismas demostraciones de júbilo popular como si el último día y el nuevo no tuvieran un abismo de diferencia, cuando si lo hay, es dejarse inmutable hasta el último minuto, apagar las luces, susurrar frases incoherentes en medio del enlace encriptado de una dimensión y otra, palabras inconexas, gestos de cansancio y agonía como una interpretación perfecta de lo agotado, el fin natural a la insistencia de vivir por un objetivo obtenido, un abrazo final, un temporal que cruza la casa como si consumiera la realidad de tantos días pensando el cómo, haciendo de la forma tradicional una tarea, resolviendo un acto inesperado, pagando por un valor de subsistencia y retirando el sobrante, el desperdicio, lo anticuado, lo putrefacto, envolviendo el desgaste propio del cual ya no merece recordar nada porque atarse a ello significaría un drama insuperable, crónico, posesivo, propenso a divagar en una escala infinita de querer y tenerlo sin medir deterioro. Cada letra de lo expresado en el XXIV debe ser enterrada en un silencio sepulcral, nada debe afectar ni debe ser causa de influencia para cometer un acto de duplicidad, repetir lo que se dijo y pensar lo pensado, realizar mirándose al espejo, tocando la fuente del agua, verse a través de la ventana, palparse como una escena de reconocimiento, sentirse apenas, doblegarse en sus propias razones y mentirse para conservar un complejo delicado, obtuso, sin exclamaciones.
Este año nuevo se debe mostrar un rostro renovado, palabras en consecuencia de una estructura que soportará tempestad de condiciones, hechos fortuitos, senderos con luz de sol y la claridad para expresar una combinación totalmente genuina sin ningún rastro del pasado y sin excedentes para un futuro todavía desconocido.
CASUAL e INDIFERENTE
Anoche pensé demasiado, lo hice de forma deliberada, fue difícil sostener un hilo conductor con todas las imágenes que sacudían mis ideas en ese momento, pero lo intenté de todas formas, en ese relato imaginario me contuve para no perder el temple, sin embargo, evocar y revivir de manera exacta cada escena, cada hecho situado en retrospectiva de lo que pasó siendo los momentos a veces un resumen amargo y patético que tienden a debilitar, la mente juega sucio, te lleva, te arrastra, te hace creer, te atrae para endulzarte y luego te lanza a un abismo, te quita todo y te muestra perfectamente vulnerable, a la vista de todos, como situado en la punta del iceberg más insular que se pueda imaginar, nadie te abriga, nadie atiende tu auxilio, alrededor no hay más que sombras de personas de paso, comentarios volátiles, sentimientos superficiales, muestras forzadas para decir hola y también por favor.
Circunstancias diversas que siendo ya de inútil recordatorio tienen en si un poder desestabilizador, pueden provocar la mayor angustia como el punzón que atraviesa un corazón afligido o puedan causar una enorme felicidad totalmente inesperada como si todo fuera tan real, perfectamente vigente, ante la mirada incrédula de quien no lo cree y teme aceptarlo porque el mundo perfecto se desmorona al primer contacto, al intento de dedicación, a la expresión de dulzura.
La fragilidad nuestra no es compatible al verse expuesta al acto puro de ejercerlo.
LA TOMA DEL PODER
Me regocijo imaginando esa entrada
romper el candado de la santa mierda
y venir del infierno a este infierno
tomar por asalto lo que alguna vez fue nuestro
y perpetrarse en el poder
para siempre,
dotar de actos voluntarios y sentido común
a moldes vacíos olvidados por ideologías absurdas
y comenzar a extremar causas libres de pensamiento
que hagan temer al pusilánime,
incendios con solo enfrentar el problema
y decir simplemente esto es verdadero,
ignorar imposiciones de corrección teórica,
tirar por el culo cualquier tibieza
y retomar junto a tantos y millones de bien
el espacio vital destruido junto a la historia
que fue censurada y puesta en ridículo
como botín de toda culpa.
La santa mierda intentó enfermarlo todo
desde el tono a vocalizar,
las ideas meditadas y los actos,
el manual escrito e interpretativo,
mientras todos dormíamos plácidos
en batallas ganadas de tiempos lejanos
en olvidados libros que ya nadie lee
y muy pocos ya recuerdan.
romper el candado de la santa mierda
y venir del infierno a este infierno
tomar por asalto lo que alguna vez fue nuestro
y perpetrarse en el poder
para siempre,
dotar de actos voluntarios y sentido común
a moldes vacíos olvidados por ideologías absurdas
y comenzar a extremar causas libres de pensamiento
que hagan temer al pusilánime,
incendios con solo enfrentar el problema
y decir simplemente esto es verdadero,
ignorar imposiciones de corrección teórica,
tirar por el culo cualquier tibieza
y retomar junto a tantos y millones de bien
el espacio vital destruido junto a la historia
que fue censurada y puesta en ridículo
como botín de toda culpa.
La santa mierda intentó enfermarlo todo
desde el tono a vocalizar,
las ideas meditadas y los actos,
el manual escrito e interpretativo,
mientras todos dormíamos plácidos
en batallas ganadas de tiempos lejanos
en olvidados libros que ya nadie lee
y muy pocos ya recuerdan.
Interlude: EVIDENCIA
Hay algo que me ata las manos
me envuelve las piernas
no me permite voltear el rostro
y reconocer imágenes espectrales hechas realidad,
un mensaje oído por murmuraciones
o las expresiones que irrumpen al caminar en las calles
un rompecabezas enigmático que debiera encajar
antes de cada puesta de sol
antes que una nueva obligación
me confine irremediablemente
y me haga olvidar,
desprenderse sin vida
marchito ante la evidencia póstuma.
A EXPENSAS DEL FUEGO
Esta sensación de hoguera me socava, despierto para dejar de sentir angustia y mientras camino todavía desencajado en estado febril, me convenzo de no poder ir más allá, de afrontar la geometría gigantesca que decrece al acercarme y se convierte en un embrollo imposible de desatar.
Pienso en todos los demás
cuando algo comienza a dividirme en fragmentos,
dejo en evidencia
la presión de ceder
el ruido escabroso del hemisferio sombrío
la disonancia al hacerse espiral
y tantas cosas olvidadas
consumidas ahora en la urgencia de dejarlo ir
con el flujo del aire, muy pronto hacia la nada,
pensamientos cohesionados en labores mecánicas funcionales
próximas al unísono activista que se oye:
Sigo aquí a contrasentido
junto a rostros descorazonados de hombres hechos para sufrir,
eludiendo montículos fétidos aparecidos
intentando ser elemental a quien tire monedas,
como si la vida idónea se realizara en hacer algo bello o perverso,
acariciar mis lamentaciones,
doblegarme hasta el descanso
como un niño que anhela ver este mundo
o como el viejo inconsciente
que duerme placentero esperando perecer resignado.
Pienso en todos los demás
lo hago de la forma más estúpida
lo sé porque también soy un ser estúpido,
con ganas de seguir engañándome
convertir lo que hago en ocurrencias
brillantes secuencias denodadas
para desconsolarme al desnudo
en un acto suicida de retorno,
confrontando con todo estado ecuánime
que siempre me deja sin ganas de vivir
en intensidad de zozobra
oculto en un escondite anacrónico
me hago de una idea descabellada sin ningún reparo
pronto levanto la voz
¡basta inverosímil!
simplemente es teoría
pero mis colores siguen muy altos
la luz no baja
los reflectores me devuelven a la vejez
y dejan traslucir mi temperamento
mis años adiestrándome en el arte renuente a volverme alguien vil
que se muerde la mano y mastica hierba
–la fuma hasta perforarse las costillas-
se arrodilla en posición de suplicar una maldita rutina
que al menos alimente el espíritu
y debilite sin remedio también mi espectro del albedrío,
razón más que suficiente para patear el puto tablero
encender la hoguera
y timar al primer sujeto que intente frotarse las manos
a expensas del fuego,
de mi fuego interior que no soporta más diatribas
más humillaciones.
Pienso en todos los demás,
mientras arrastro mi cuerpo por las calles que se ríen de mí
y yo me río como lunático de mi propia desgracia.
La miseria invade, demuele
la soledad parte el alma
martiriza al que todavía espera sin pretensiones, al soñador,
al espectador paciente
que finge ser uno más
se deslumbra por nimiedades
y se idiotiza con buenas costumbres
con solo verles la cara y oler lo que llevan puesto,
tiene esperanza en los ojos
jadeos de quien parece sediento de afecto…
Aún conservo síntomas de rebeldía
como un recaudo insospechado para no dejarme caer,
sentirme en el aislamiento enajenado de ruinas, raíces muertas
tapándome expresiones de mi semblante
impedir la naturalidad del respirar
adormecerme en el ángulo de una sombra
condescendiente a una sola circunstancia,
no saber que todo lo creado también se hace destructivo
en la misma medida estando aún de pie
soportando el daño alrededor
cuando se deja ver
sacudir las entrañas
desencajarse intencionadamente para dejarse inerme
expuesto a toda clase de formas por el hecho de sentirse abatido
luego ausente.
Muy pronto dejaremos de contar
¡Quién es, por Dios!
Yo que tanto amé
y perdí felicidad
por un muro interpuesto
una pieza destruida
sucumbir en un ciclo indefinido
amando a mujeres desaparecidas
y despidiéndome de hombres que yacen bajo tierra.
Pienso en todos los demás
antes que nada, gracias a su menosprecio
y el parlamento de toda esa hipocresía
que lava un rostro, lo hace ambiguo
sin expresiones
envuelto en flamas de un calor
profundamente culpable
inmensamente contenido.
Hay relámpagos, huyamos, tenemos que escondernos aquí, en esta casa en ruinas, en el mismo sótano habitado por roedores, padeciendo de persecución y hambre mientras nuestras cabezas se hunden en la oscuridad y el corazón se paralice en tanto el aliento se enrede en las telarañas aun cuando nadie lo sabe, todos los ignoran, ninguno sospecha, la vida sigue su curso natural, el fuego avanza imparable en el paralelo invisible, va devorando a su paso, consume años históricos de tanto que se hizo y ahora se desprende al aire en cenizas mortales.
viernes, noviembre 15, 2024
LOS OjOS en las ENTRAÑAS
Se oye el crujir de la puerta, una presencia inesperada se hace sentir, mi corazón da sobresaltos, sin embargo, no puedo preguntar quién es, los pasos están muy próximos, el viento golpea violentamente las ventanas y la duda me asfixia entre la almohada y las sábanas… Quizá sea un vendedor y nada más, no obstante, estoy aterrado, ya no recuerdo bien cómo era vivir entre las personas.
Aquellos años olvidados, recuerdos empañados con el ir y venir de adultos y niños donde por el contrario no había espacio para el silencio, no quitaba el aliento a nadie, ahora es distinto, cada movimiento en la casa es un evento acústico de enorme curiosidad, cuando me levanta sospecha qué pueda ser, a veces suelo dar un grito preguntando a viva voz y descuelgo mi cabeza por el tragaluz y, si es de noche doy mil vueltas en todas las direcciones y recovecos con las luces apagadas, mis ojos a pesar de la penumbra pueden verlo todo en su justa dimensión como si mi andar fuera por un túnel o estuviera deambulando entre ramas en medio del bosque tal como hacen las aves nocturnas.
No espero la visita de nadie -nunca la espero-, y las dos únicas personas que habitan aquí desayunan temprano, dan algunas vueltas de rutina, salen a su jornada de trabajo y apenas si regresan para pernoctar, un bucle, la vida desde estas condiciones es más que predecible y sin novedades, el resto del día es de una ausencia eterna y densa. De acuerdo a cada estación del año las manifestaciones naturales o la diversidad de sonidos generados por el hombre encumbra un ambiente alrededor conocido, nada puede salirse de esa armonía incomunicada entre sí, y probablemente por estas circunstancias es posible percibir hasta lo más insignificante, tal como puede ser el trajinar uniforme de insectos, la contracción de objetos de metal cuando la temperatura disminuye o por el contrario asciende, el crepitar de la materia por ser ésta una ciudad telúrica, el dilatar de la madera cuando el calor sofoca o el exceso de humedad por los aguaceros…, insignificancias o certezas que únicamente captan los sentidos en estado permanente de sobresalto, hasta los sonidos orgánicos del interior de un cuerpo humano mientras procesan la digestión de alimentos y la dispersión de tantas emociones al unísono como un impacto psicológico en transmisión multifrecuencia a cada célula viva para el estado de ánimo, infunden temor o tal vez alivio, en mí un estado de congoja, perplejidad solo por el hecho de sentir, percibirme de entre mis entrañas y apreciar la recreación ficticia de asombrosas escenas biológicas recubiertas por extensas membranas, procesos permanentes de succión, despliegues grasosos y la escalofriante circulación de sangre en una oscuridad solamente visible en la imaginación como si todo se estaría proyectando a través de un dispositivo inteligente que recorre y filma cada espacio y secuencia en el interior de las arterias como en un mundo subterráneo, un estudio minucioso para ser monitoreado con el dolor de sentirse al tocar una llaga y al contacto de masas gelatinosas entrelazadas, llegar hasta a lo más mínimo mientras el silencio se agudiza de tal forma que es posible descender involuntariamente hacia niveles donde se aprecia todo tan gigante, infinito y sobrenatural, se siente no tener un cuerpo que logre sostenerse y, entonces se experimenta el levitar como algo etéreo que apenas si conserva conciencia y la visibilidad de lo creado a través de todo cuanto se dispersa y puede traspasarse entre celdas infinitesimales por debajo de algo que va alejándose y se acrecienta mientras se puede ver a partir de una superficie que no tiene firmeza, dando vueltas, girando en la nada, perdiendo los sentidos y recobrándolos al primer indicio de un insignificante eco que se expande y cesa pronto, desaparece como una luz cegadora y se interna en las sombras del crepúsculo cercano a la muerte cuando se está convaleciente o simplemente no se es más que la presencia microscópica que naufraga vagabunda por un mundo de vivos en permanente estallido de expresiones y emociones que jamás cesarán y que todos pueden tolerar y convivir en la modulación exacta con que se fue creado a imagen y semejanza.
Medianoche del doce de noviembre
del segundo milenio.
lunes, noviembre 04, 2024
CAUSALiDAD COMO FUENTE de iNTRiGA
Cuento los minutos y nada coincide,
renuncio a percibir secuencias monótonas de bajo espectro
y, sin embargo, alguien o algo captura mi curiosidad,
pierdo ese momento único y etéreo,
lo estoy lamentando, me mortifica,
me tiendo al piso junto a mi sombra
vuelvo a asumir el caos sobre mí
— le temo a roles paranoicos cuando se apoderan y subyugan —
me imagino como un ser dotado de un anonimato sombrío
caminando cabizbajo en el horizonte del mundo
con el sol abrasador demoliendo los escombros de mi moral
y una mugrienta bandera desteñida por años de insolación
un estudio inútil junto a libros en barricada
de aquellos elaborados con las manos de porquería
y el cuerpo pegajoso
que no me atrevo a tirar al basurero.
Se confinan mis decisiones a un lastre de agonía
siento que el reflejo de cada objeto me secciona el semblante…
Por qué no giré a la izquierda
y contar un número menos
respirar un instante para contener la idea
y esperar el encendido de esa chispa perspicaz
que interpreta, enlaza y da sentido
a un hecho en valor, un nombre extraño,
una situación inverosímil,
en un solo impacto monoaural
o tal vez, en una expresión indefinida
algo breve pero convincente.
¿Qué será lo más intrigante?
¿Ver o ser visto?
Intentaré usar un moño rojo
y hacer notorio mi defecto patológico
tal cual mi naturaleza
como manual ordinario que las causas populares
debieran imitar.
No moveré nada
fingiré estar perplejo.
desde ahora soy el más noble e ingenuo,
mi voz se apelmaza
me quebranto de emociones,
soñaré ser el delirio de las mayorías
inyectándome un líquido directo a mi materia gris.
Me sacuden intenciones lúgubres,
fantasías de crueldad
deseos reales arrancados con vísceras y protuberancias
para desencajarme al fin
remover mi sosiego
y obstaculizar el menor intento pretencioso.
Yo no existo más
tengo la misma edad
vivo en el cotidiano de una rutina que me hace ilusionar conciencia,
sueños y paradojas realistas se fusionan
ya no sé qué es tener frío
sin necesidad de expresar palabras para sentir,
un mundo al otro lado de un muro alto,
numerado y estadísticamente viable
en el imaginario de un extenso papel diáfano
unos cuantos años más
una luna más próxima
una autopista debajo de políticas de escombro
de magma y amnesia selectiva.
sábado, noviembre 02, 2024
ViDA PERSONAL & UNA CAJA SiN SALiDA
¿Qué somos al final del día?
Una prueba en vacío que divierte con ocurrencias y decisiones convencionales. Cada esfuerzo totalitario por dar el siguiente paso y entendimiento cuando se van realizando hechos que por un instante dieron la intención de llevarse nuestra vida por un reflejo mal dado, es una muestra de vulnerabilidad a la cual nos cegamos, nadie puede aspirar a salirse del inmenso laberinto condenatorio y contemplar nuestras circunstancias desde una visión lúcida, no es posible desentrañar sin desconocer nuestro individualismo absolutamente imprescindible.
Existe una división obvia, es simple pero se ignora, nuestros deseos son sueños devastados que lucen incompletos entre la incoherencia de palabras y muestras febriles de amor que pronto caen en un hoyo recíproco. Por razones de intercambio mutuo, el hombre olvida pronto, se sacude sin quererlo por abrazar un espacio permanente, la luz se hace diagonal, el faro se apaga, lo conseguido se hecha a la deriva, el polvo se posa en cada cosa y elemento construido y la materia se deja a exposición, pronto se trasluce, se hace invisible, si alguna vez existió fue una causa perdida desde el momento mismo de su creación. Sin darnos cuenta, la fortaleza de todo lo creado por recrear un sentido se va tornando más holgada, fuimos construcciones tupidas, también las hicimos como un espejo en frente, y la vulnerabilidad del instante, la incredulidad para distanciarnos de estudios válidos, de certeza universal, nos someten en caída libre, esa asignatura pierde prioridad, por consecuencia el vaso quedará sin agua, cuando el líquido inmortal se ausente al fin y la superficie normalizada nos haga sentir nostalgia, nos encogeremos de extremidades y las capacidades únicas de seres vivos pensantes serán reemplazadas por prótesis y automatismos, una caja de programación rigurosa en una jornada rígida para el esfuerzo, ganancia y la inercia inevitable del ciclo de la vida, un casillero cerrado para la interpretación racional en el oculto narcisismo de una vida personal que es el mundo desconocido por el cual la vida entera se encarga por hacernos explorar como si todavía fuésemos una pieza singular que dice y hace cosas insospechadas.
viernes, noviembre 01, 2024
CUANDO ES MEJOR CALLAR Y NO TENTAR A LAS CUERDAS VOCALES
¡Cierra la maldita boca!
Un pedazo de metal cae del cielo y se clava perpendicular en el vórtice de la pérgola, a punto estuvo, si, pasó muy cerca de la imaginación, estuvo entre luz y sombra, ser y no ser. Me quito la vida o se la arrebato, es una prueba punzocortante desde el punto de vista de quien todo acepta inmóvil con palabras contemplativas y quien se niega y se revela en la acción inmediata de una decisión absoluta en plena liberta de acto, sin albergar el costo definitivo de quietud en tanto se observa el tránsito nocturno y la lista de verbos rudimentarios lanzados de una acera hacia la puerta de entrada del restaurante sofisticado que ofrece la mejor carta y es señalada como el fin último de un proceso decadente de superproducción.
Ningún deseo reivindicativo tiene por sentido entrometerse en las circunstancias previstas, nada es posible hacer, la cura del silencio evita no levantar sospecha, en la firmeza de asimilación un instante puede transcurrir sin la mayor influencia aun cuando todo siga girando en territorio de aspavientos alegóricos cerca a cualquier mirada como el contraste místico que todo ser pensante puede percibir cuando las cosas se despejan y sobresale la marea de un charco en toda su extensión, un segmento de riel, una paradoja de hechos extraños que denotan causalidad y evidencia ante el convencionalismo, cosas vagas en permanente naufragio por aguas neutrales de inconsciencia, cuando hay un intento de adentrarse, dormir en sus profundidades y, en tanto un brazo descolgado aparece como una señal inequívoca, la exposición a la vergüenza desliza en frío una llamada de atención, entonces todo vuelva a empezar en las mismas coordenadas.
Permanecer así, en la naturaleza inorgánica que simplemente refleja la esencia minúscula de todo ser expresivo en sí mismo, por lo cual nada es más sincero que soslayarse en el transcender del tiempo contándolo desde un rincón a baja luz, con intenciones inmutables, aceptar circunstancias para no responder y estar sometido a autoculparse un largo periodo quizá de pisadas tenues y de apasionamiento débil a consecuencia de diálogos cerrados por una razón nueva, un pensamiento floreciente que tan solo interpretará lo visto con un gesto y tal vez el movimiento singular para el cual el sonido es inexistente.
martes, octubre 29, 2024
RETAZOS de ANTiCiPACiÓN de un MANiFiESTO EMOTiVO
cuando el olvido se posicione ante los objetos incandescentes
el pequeño rostro volará en el torbellino,
me veré obligado a cegarme frotándome los ojos
estimulando en mí un relato más de melancolía,
a deambular en el mañana
fuera de lo que soy,
existiendo sin bitácora en medio de un mundo deshabitado,
abriendo los brazos bajo la lluvia
en clara señal de aceptación,
sin importar lo estrepitoso que fuera;
una gotera pronto será ese gran charco para reconocerme.
Me miro las manos y por fin entiendo
congratulaciones por llegar hasta aquí,
estoy asombrado con el resplandor al primer contacto
y, sin embargo, aún no me siento bien,
las fibras de mi corazón no calman de vibrar,
el piso donde camino está hecho de hielo,
tiento, pero la inestabilidad es como un lodo en el fondo del río
las piernas no me sostienen,
momentos imaginarios me recrudecen en la oscuridad,
pienso en todo lo que me perderé
si reincido en cometer desdén,
lo ganado rodará al primer impacto:
Un vidrio roto
mi propia vida en mil fragmentos
una fotografía desvanecida en una línea atemporal,
repetiré, sin la conciencia de estar viviendo lo mismo
los errores reiterados y mi ausencia inexplicable
cuando el sol queme a través de delirios
y la velocidad gane pulso al tocarme…,
aunque intentarlo fuera un acto de bien e inspirador
terminaré pateando el tablero
con los elementos podridos de hostilidad
mientras este mundo hecho mierda presiona mis sienes,
desearé fingir cualquier consentimiento
nada podrá anteponerse
una expresión al natural se escribirá en simultáneo,
todo lo perdido volverá a florecer un día de primavera,
no me sentiré desolado
en cuanto manifieste
en cuanto vibre de emoción
y en cuanto sienta moverme como pez en el agua.
lunes, septiembre 16, 2024
DiLEMA II
y por tal merece prestarle total atención,
cuánto se supone, lo que es prohibido mencionar
uno en frente del otro asociando adjetivos para una falacia cómoda;
posesiones para el más predispuesto
y reconocimiento al más sutil.
Juicios, estereotipos, imágenes enlazadas a experiencias pasadas
traspasan la cabeza con el ventilador encendido.
Es oportuno retroceder ante cualquier impulso que intente romper el cristal.
Los gritos también envejecen y se enferman,
si no se puede contravenir las acciones
dejaré que el agua se encauce por propia composición,
no pienso intervenir de manera amigable
un punto de vista no equivale a un hecho probado,
no tiene objeto una decisión precipitada
cuando es evidente que todo acto insurrecto debe menguar ante la diferencia.
Las miradas no se pueden sostener en un punto fijo,
las prendas húmedas también secan con calor corporal,
el temperamento tiene manos gigantes
y la capacidad del cerebro se incrementa
cuando despertamos insomnes cual fantasmas del amanecer,
todo funciona como pieza de relojería
el firmamento se encierra simétrico bajo formulaciones
en niveles inimaginables sin resolver,
vacíos de codificación, agujeros sin entramado
para quien vive esperando una respuesta a su existencia.
La necedad es virtud,
es válido afirmar que la demagogia también te emocionará,
y doblegará las rodillas a quien diga yo, ¡jamás!
Cada uno tiene un precio
señalando o maldiciéndose,
el mundo sigue dando vueltas
nadie entiende su inexorable maquinación aunque diga lo contrario,
una mano visible escribe, la otra oculta, borra lo hecho,
el corazón pretende siendo tal vez pretencioso
y la cabeza elabora en silencio un plan autodestructivo.
Con tan solo una firma se consiente
y con apenas un examen teórico a contrarreloj
alguien semejante de igual naturaleza
puede influir en una condición emocional para siempre,
nunca más llorar resignado en humildad
se sedimenta las intenciones de un arte nuevo al abrir las cortinas
se despojan inhibiciones de siempre
hay un cambio brutal solo con quererlo
el viento barre conceptos pusilánimes y melancolías,
con el correr de las horas y las vistas
se viralizan tantas miserias como podamos imaginar,
a la velocidad de la luz.
miércoles, agosto 21, 2024
CUANDO A LA VISTA SALTA UN ESPEJISMO Y, SIN EMBARGO, NO ES MÁS QUE EL RESULTADO DE UNA SUMATORIA DE EMOCIONES ENCAUSADAS POR MÚSICA QUE FLORECE DEL PIANO…
El océano se extiende firme normalizado bajo las condiciones de una naturaleza atiborrada de virtudes, nadie puede contra un todo inimaginable, es lo más amplio y misterioso en los confines del universo, puedo nada más que pensar en sus mediciones y el relato inspirador en cada hombre que lo ha visto desde la peña de un acantilado donde rompen las olas y su contemplación profundamente apacible. No deja de emocionarse al ver que cada palabra que pueda mencionar o escribir no podría colmar el estudio totalitario de semejante legado continental increíblemente excitante, un inmenso laboratorio de vida que se respira desde edades que todavía conservan lucidez y rebasan en sensaciones perfectamente descritas.
Puedo vivir para siempre frente a lo que admiro sin apenas conocerlo, desde las entrañas de un remoto silencio que aguarda teorías de sus millones de años en constante evolución.
Me brota del corazón un sobresalto emotivo y también de estremecimiento, cada cosa es distinta si la siento y aunque el todo al encuadrarse mientras se mira parezca una secuencia previsible y monótona, no lo es, porque al igual que cada acción o movimiento de un ser único, existe en él un detalle, la característica propia, el sentido distintivo y también genuino para lograr percibir su manifiesto existencial con un agudo discernimiento.
Bajo la lupa del firmamento se busca respuestas y sensaciones frente a lo incierto de su presencia cada vez más diluida con la brisa que le choca al rostro y lo encoge de hombros, lo devuelve sosegado y otra vez como un nuevo ser, predispuesto a todo y con el corazón abierto frente al devenir, aunque los estruendos de las olas intimiden cualquier intento sentimental al acercarse, salte a la vista un espejismo, regresemos en el tiempo y la sumatoria de emociones se estremezcan con el piano de las memorias que nos van dejando solos a medida que deja de florecer, una estrella fugaz cruza el firmamento una noche de luna y las manos tiritan de emoción al tocarnos el semblante gélido, respirar y cerrar ese libro de historias que nunca se terminan de leer.
«...Cuando a la vista salta un espejismo azulado y, sin embargo, es la sumatoria emotiva mientras se escucha el sonido sensible y encausado goteando en sí mismo, como lluvia premeditada brotando de abajo hacia arriba…»
lunes, junio 10, 2024
UN NECiO EN ESTADO DEMeNCiAL, CUAL DeSOLADO
Cuantiosas son las condiciones para retratar la iniciativa
y también la locura.
Es madrugada, despierto, me siento muy bien
soy sensato mientras reflexiono
mi situación es lúcida,
avanzan las horas,
los tránsitos de implicancias habituales comienzan a impacientarme
se regulan prioridades, aunque se siguen sumando ideas,
todos los niveles se reanudan en una nueva línea de meditación:
fuera esto, no lo necesito, me importa, adelante éste…,
la intensidad se hace líquida,
estoy olvidando el principio
mermo en sensibilidad
y pronto soy necio al hacer,
me retraigo al reconocerme.
Alguien está parado en frente mío
–debo ser yo a partir del absurdo–
lo contemplo de pies a cabeza unos segundos
y sucede un dilema existencial
como si dos mundos colisionaran,
comprendo todo, pero lo niego,
la incógnita del valor es como un semiconductor en los pensamientos
–si es que los hay para todos–
felizmente nadie aún puede leerme.
La expresión desmesurada de un hombre puede oírse a los lejos
la gente lo señala como demente,
sin embargo, puede notarse la exaltación hipócrita
cuando los ojos de aquel hombre
en disposición inquisitiva, confrontan,
es un error aceptable y lo sabemos muy bien
estamos incluidos como piezas en un juego de sociedad
una fracción de un todo irónicamente incoloro,
que se sostiene, se une, se necesita
y tranza en una dimensión homogénea,
el tiempo en perspectiva de una curvatura
y coincidencia en elementos distantes.
Se aviva el fuego del hemisferio sombrío
como sintiéndose singularmente maniático
cruzado de brazos a un paso del estanque que solo él puede ver,
esperando a que los presentes dejen de fijarse
y callen al fin en el encantamiento de la inconsciencia,
cual ser desolado, necio, demencial oculto en sí mismo
en tanto pisotea insectos que invaden y cruzan líneas rojas,
organismos hostiles en su memoria,
presionado a padecimientos como acciones de mando,
técnicas aleatorias de flashback con intención emocional
un ciclo interminable, también de parálisis
reunido de palabrería incoherente y sugestiva
confinando cada acción a un péndulo perturbador,
un mundo interior progresivamente difuso,
un peldaño menos en la escala de luminosidad
en la existencia reducida a un laberinto
con puntos de partida definidos,
y con rutas de arte sugestivo, instrumento de distracción,
hasta encontrar la puerta final
bordes de escapatoria como límites para salirse del camino
perder la cordura en acciones sin lógica
desmoronarse en calidad de objetos obsoletos
sujetos despersonalizados por el oleaje, la decadencia, el sufrir…,
quienes podrán en plenitud de anarquía psíquica,
exhortar su altavoz de sandeces en albedrío,
elucubrar lo que se les ocurra con teorías místicas
para dirimir un presagio, por lo general apocalíptico,
señalar un testigo, cualquier transeúnte o sombra en la pared,
renombrar una ciencia con explicaciones metafísicas,
escupir sinceridades punzantes
pintarse el cuerpo entero de verdades como mandamientos, etc.,
los cuales necesitamos anular cuanto antes,
desmerecer con juicios instantáneos
y el sarcasmo del sabio versado
debido a la razón que nos rodea
una edad perfecta, presencia, entendimiento
y últimamente una manifiesta paleta de colores
dotada de sentimientos mutuos.
Necesitamos arrojarlos por un precipicio
cual invidentes errantes en la ciudad hostil,
o levantar muros, encender hogueras
quitarles el nombre y desnaturalizarlo como iguales.
viernes, junio 07, 2024
UNA BALA, UN TiRO LiMPiO
sonidos de la nada
infiltrándose desde un lugar desconocido
me remueven las sienes;
me dejo caer en la cama
y duermo con la vista quieta en un punto fijo,
la imaginación centrada en los confines
entrañando lo que pudo ser y no será más.
Siento sobresaltos por lo que temo en la inconsciencia,
trato de recomponerme a mitad del delirio,
tiento para buscar una mano sanadora
y solo encuentro una niebla de ausencia a mi alrededor,
intento subsistir quitándome las perturbaciones que me atan
pero el dolor sentido es como la piel desgarrándose,
reúno todo el vigor posible
y despierto con una mirada recalcitrante;
me pongo de pie en este mundo invadido de sombras
para reanudar mi andanza,
pronto pisaré la hierba seca a un lado de la carretera
y todo habrá perdido el menor sentido para mí.
Transcurren días, noches bajo insomnio
y yo tiritando de dramas,
maldigo con la fuerza contenida a este mundo inclemente,
lloro a escondidas sin ningún alivio
sufro los peores demonios en esta incertidumbre
y nadie lo sabe,
estoy en el peor momento,
finalmente, exclamo: ¡lo haré! No hay marcha atrás,
en cuanto el calendario esté deshojado
con los últimos fuegos artificiales
y asome la noche perfecta
por lo mucho por decir que he aguardado en mi corazón,
sentimientos sombríos al acecho
y lugares persistentes en una secuencia
de evocación y felicidad
ahora que puedo sosegarme
tendido sobre la roca caliente
como un reptil que no puede distinguir
en plena combustión de serenidad,
reanimándome desde un sueño insondable
a través de visiones por el extraño tercer ojo,
para rasgar el calibre, una vez, dos,
y asumir firmemente, sin titubear un segundo,
sin acongojarme por vergüenza,
con el objetivo en la mira, inmutable,
tras el viento y en estado permanente de abatir
en cuanto la situación tenga un gramo de debilidad
y me sea fácil desbaratar en un instante,
reducir en polvo cuando tire del gatillo
todo cuanto los años, situaciones, cosas, rostros y deseos
sean imágenes transitorias en mi cabeza,
un tiro limpio acabe en un sonido seco
una vorágine antes de perder la conciencia
y caiga como en mis primeros pequeños pasos
sobre un jardín de tierra negra,
donde todavía puedo sentir
el hormigueo de gusanos y raíces en mis manos
y la frescura de la hierba al amanecer,
como si todo volviera a empezar otra vez…
martes, junio 04, 2024
Me CONViERTO en CiEMPiÉS
Me convierto en ciempiés,
nada puede intentar afligirme
quiero ser entendido en mi propio lenguaje,
ninguna muestra de presunción al abrir los ojos
y pensar qué cosa habrá más allá.
¿Hasta dónde? Me tiene sin el menor cuidado,
me dedico en absoluto mutismo
a ocupaciones que fueron grises,
no tengo intenciones de olvidar
soporto en mi memoria
una caja fuerte como el árbol imperecedero;
mis manos se hunden en la tierra,
vuelvo alegre, camino vivo, levanto la mirada
es abril sin incertidumbre
me siento infinitamente agradecido,
la naturaleza es febril
me reincorpora renovado abriéndome los poros
exprimiéndome la piel;
me convierto en ciempiés
esta vez lo hago desentendido de prejuicios
ignoro lo que sucede
fuera de mí o en la profundidad de mis pensamientos,
no tendré sentimentalismos bajo censura
seré yo en estado original,
cuánto ahora podré decir sin mencionar alfabetos
el silencio lo explicará todo por mí.
Las acciones tropiezan, me deshago, camino contraviniendo,
es definitivamente apacible muy a pesar
lo prefiero así,
estoy despidiendo a quien se ha diluido en recuerdos
adiós, adiós, hasta nunca, no vuelvas más;
quiero dar hasta lo que no tengo
ofrezco mil formas de sentirse bien
las cosas se desvanecen mientras avanzo y olvido
lo trivial vuela en imaginaciones cuando hay ausencia
y posamos sin desearlo para una escena petrificada,
cabellos en insolación
ropas desgastadas
diversiones insignificantes dispersas
grandes motivos para sonreír y decir lo gratificante que fue
aunque pronto la puesta de sol nos distancie en melancolía
y la madrugada nos haga tiritar de soledad en una habitación
lúgubre,
con las horas en las postrimerías
y el cansancio queriéndonos agotar para no soñar despiertos,
cañaverales agitados con el rugido del viento rural
canticos de rebeldía
deseos de cambiar este mundo poco a poco
y a veces todo de un solo golpe,
traspiés, levantarse, reír a carcajadas, sentir con locura
desplomarse de felicidad,
mirar en el espacio hasta dónde es posible llegar
si tan solo pudiéramos imaginarlo en este instante…
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