El hambre de corregir el territorio con la bendición digital
y de sintetizar la diversidad con los cánones cosmopolitas.
El arte de fraguar la indecencia
con episodios oscuros en el vientre de las financieras.
El perjuicio de la formación personal de los débiles;
el lado opuesto del templo,
la intención supuesta que a nada le teme,
la mirada tierna de quien parece la serpiente.
El peso de la justicia después de una jornada bruta de 22 horas al día;
la valoración de la humildad en ese descuido,
el secreto natural de quien sigue adelante;
la cabeza apabullada del ruido mundial,
sangre salpicada en la comida chatarra del fatigado.
Sueño estéril de extensas persecuciones de orden,
vano estudio en la plaza de los desempleados,
caso cerrado para la gloria del esfuerzo;
desenlaces incestuosos entre ideologías;
opinión discreta en las esquinas octogenarias.
Cámara para el idiota
sillón para el patológicamente aceptado;
puertas cerradas en la lluvia purificadora;
menganos NN creando la fundación de piedad;
pasos resueltos a caballo regalado.
Tiempo fermentado una visibilidad cálida
intestinamente inmunda.
Villanos institucionales,
hombres creando desperfectos para vivir del remiendo
escaleras para caer de estupidez y ascensores para sublimarnos en la altura.
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