Es necesario un poco de soledad para comprender las situaciones a esta distancia de todos.
El lugar es muy importante por eso decaigo con firmeza a la intemperie.
Bajar cada tarde en las calles,
descender para conocer un poco más la ciudad
y la brisa que me consuela de tanto desvelo.
Otras causas me abrigan, este lugar, que es todo lo que deseo para mí, un lugar de todos, pero un lugar apropiado para desenvolver mi retiro cálido.
No importa
si el mundo acabaría hoy, recordaré este momento gratificante en el alma.
La felicidad
es propia del lugar en donde te encuentras.
Correr a
largas distancias, callar y esperar a que un silbido específico se desprenda del
viento o de la hierba fresca.
Todo lo que
quiero es estar aquí, rodeado de tranquilidad y naturalidad, esperando a
desintegrarme con ligereza, con palabras bellas, que hagan armonía con este
cauce a mí alrededor.Seguir por este camino es reconocer un aire que me ventila por dentro que todo lo libera en una frescura indeterminada.
Cuantos
momentos perdidos antes,
cuanto
recobrado ahora;de qué tamaño me formo cuando pienso en la felicidad que siento,
y a que distancia comienzo a creer que me separo de lo corriente.
Lo simple,
jamás será lo corriente.
Yo también
no deseo ser empujado y convencerme de la compañía
de los
deberes sociales que un hombre de ciudad debería tener.
Las cuentas,
los negocios, el empleo, la familia, la pareja, el dinero, las ocupaciones
habituales, las posturas, los códigos de entendimiento, el maldito sentido
común, todo eso y mucho más no me importa, no necesito más que caminar y
encontrar un lugar como éste, para esperar que mi vocación delibere en
creaciones armoniosas y bellas.
Por eso mis
manos no son lo que son,
y yo no soy
lo que aparento.
Encontrarme
en cualquier personalidad será complicado.
La
saturación redundante que gira todo el tiempo me considera en un parpadeo.
Mis palabras
no son para nadie;
las mujeres
que contemplo, y las que interceden en mi reflexión
son
instrumentos u objetos que significan el orden de las palabras.
Lo que busco
es someterme al clima
para
exigir un buen uso de mis facultades.
Por este camino,
en estas
circunstancias,
consiguiendo
holgura
prorrogando
mis fantasías en medio de la realidad
separándome
más de los compromisos que no son mi propósito
dejando de
lado las causas enteras que no conducen a la prosperidad intelectual,
olvidando nombres,
perdiendo la ecuanimidad
para
resolverme en simpleza
porque es lo
único que me consiente, que me alivia,
que me
separa otra vez de lo que he sobrellevado con voluntad.
Pessoa, mi
esencia conviene tu causa,
mi camino es
también único,
los pasos
siguen volviendo por tus pensamientos,
lo que
querías algún día que nadie te supo entender
se viene
cumpliendo cuando sopla el viento desde la campiña
y las calles
se retraen en el silencio reflexivo que pensé
tiempo
después del aguacero, porfiando entre las sombras…
BHONAZGUNN