sábado, mayo 31, 2008

LA HABITACIÓN DE LAS IDEAS


Llevan un tiempo aproximado de cuatro años en convivencia terapéutica. Fueron varios los rehabilitadores que entraron y salieron de aquella habitación con aire de nosocomio, no obstante el paciente sentía que evolucionaba hacia la recuperación y existía como ser pensante, cuando uno de los varios rehabilitadores, dejaba de limitarse en la aplicación de pomadas deslizantes, hidroterapia y medicamentos de luxación sobre aquel cuerpo inválido, para someterse junto a él, al test diario de la opinión y su defensa.
Atrás había quedado el típico y exiguo:
- ¿Como se encuentra hoy?
-Voy mejorando gracias a usted.
Para dar paso al nuevo cotidiano:
-¿Y como va ese asunto de la Franja de Gaza?, ¿Y que opinas sobre la manipulación del mapa genético?, ¿Cuándo se instalará la primera colonia humana fuera del planeta? , etc.
La rutina había tomado un matiz muy distinto, es mas, el proceso de la rehabilitación física había sido relegado a un segundo plano, y en su lugar tomo preponderancia un foro abierto de discusión sin tregua, desde el inicio de la supuesta sesión de ejercicios hasta muchos minutos después de concluirse ésta. También, de vez en cuando postergaban para la mañana siguiente la continuación del tema, con la promesa de seguir indagando, cada uno por su parte, en más información para sustentar mejor los puntos de vista.
Cualquiera que se detenía en el pasillo, y escuchaba a través de la puerta o el visitante que era recibido en el interior de la habitación y espectaba ese campo de batalla ideal, quedaba totalmente sorprendido e incomodo por todo ese transito incesante de palabras con tonos altos y desenvolvimientos lunáticos, cargados de excitados vocabularios y gran avidez por conocer ambiciosamente. Quizá ese centinela o aquel huésped, al salir de esas cuatro paredes, se dijera entre dientes, que esos dos tipos eran unos desquiciados, o bien, se iría con el efecto de la persona expedita, que tiene la capacidad extrahumana de poder cambiar el mundo si lo enfrenta con determinación.
La Habitación de las Ideas, centro de lo más remoto, y en medio de ninguna parte; donde reemplazaron camillas por sillones, recetas por diarios y revistas, estantes de medicamentos por estantes libros, dolor y fatiga por pensamientos, y en fin salud física por salud mental, se había convertido en una terapia reciproca de necesidad por el oponente, para evocar todo lo que sabían; bajo las sombras de un mundo que ignoraba de ellos, que no los tenía en su estadística intelectual, y que era observado y criticado por la "litera" de un lugar desconocido, por dos simples individuos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hubiese gustado formar parte de esa habitación de las ideas, sólo por estar cerca de las tuyas.

Congratulations, you´re so serious....

Espero q sigas escribiendo pues dejas con las ganas...