¿Quién será? /
Es delgada, apacible, espléndida / y pareciera atiborrada de sonreír a cada
momento / aunque desea guardar detalles, / caracterizando en su lugar expresiones
al unísono // liviana sutiliza.
Una cosa no
puedo negar / la miro y sigo sus movimientos / el deleite negro de su cabello bien
cuidado / los garabatos que hacen sus indicaciones / y su carisma a la primera
respuesta.
Sus pestañas,
bajan y la veo porque desaparece en su vanidad / sus pestañas despiertan y me
hago el tonto, / el que mira por mirar y atiende a la esencia del recuerdo, // traspasándola.
¿Cuánto tiempo
intento conocerla?, / algunos martes y jueves, / un intervalo vehemente por
demostrar / perdurable en el sentir consecuente de días a su sombra / un circulo
que se construye por intercambios de aprecio y fortuitos percances que nos
hacen vergonzosos, // complicidad.
Cuando la oí
murmurar un secreto como música ligera a los lejos / imaginé de inmediato una cita con ella / de qué formas sus palabras dóciles la harían más
delicada y austera, visible e invisible, / ayudandome a completar una colección de retazos y fórmulas desde la primera vez que la vi. / Por lo pronto es un espejismo / pasa y me dirige el
deletreo de quien le encargó, / pura metodología, / sin embargo no quiero ocultarle
nada percibiendo silencioso / porque ella también me busca / y cuando no me
encuentra en la línea perpendicular obstruida por objetos en barricada / se
extraña y deja de ser misteriosa / porque no sabe quién la ve / y quiere desentrañar
a su descubridor // sintiendo,
palpitando y borrando.
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