lunes, marzo 30, 2020

LOGIA


Pensar en algo extraordinario
en un día de libertad,
y al instante, abstenerse,
abstenerse por disuasión de recuerdos,
rostros empañados en diálogos tenues
desvaneciéndose pronto,
sombras en el piso arrastrando sentimientos emotivos,
golpes insurgentes al alejarse,
sin palabras de rodillas,
sin abrazos que suplicar,
cuando el aguacero intenta regenerar tantas heridas,
frustraciones como opresión,
incertidumbre bajo el mutismo prolongando de melancolía,
haciendo distante el camino de cada destino
haciendo más solitaria 
una imagen de niño,
un espectro de hombre,
ahondando más en el tiempo perdido,
a pesar del efecto progresivo de padecer amnesia
en el mismo lugar
donde todo fue felicidad y también tristeza.

Convencerse a ciegas
sin emitir gritos de conmoción,
« ¡No quiero mirar! »
« Lo intentaré una vez más…»,
« Algo me empuja a entrometerme ».
Girando a la distancia,
sin emitir juicios preliminares,
ni dedicación expresiva
nada más que un semblante petrificado,
abatido por tanto callar [anhelos sin cumplir],
y con las manos contraídas
en reminiscencias,
proyectadas como rayos emocionales
que me hacen dilucidar ángulos de mi propio sosiego,
reflejos mortecinos en una extensa ciudad 
muy bien conocida por mí,
intransitable cuando no se me ocurre que calle tomar,
construida de costumbres racionales o ¿malos entendidos?,
lo cual sin tenerlo presente,
es más de lo mismo;
intenciones de algo extraordinario resplandeciendo,
como un símbolo inútil con todo ya pormenorizado.

Caminaré al precipicio con una máscara,
sin darme cuenta
que aguardo violencia en mi corazón,
y terrores nocturnos deliberando si descansaré o no,
dejándome toda la oscuridad de la noche
al deseo de mi voluntad,
aún cuando algo viene devorándome por dentro,
aún cuando la melancolía me traspasa
y me doy cuenta que no soy omnisciente
que no puedo observar otra imagen que no sea la mía
y circunstancias que preferiría callar.
No me importa cómo se consume esta ciudad,
si es en una hoguera de ansiedad multitudinaria
o lo que fuere,
será una escena familiar de mi propio albedrío,
después de haber tocado fondo,
y no tener nada más porque detenerme
para decir lo que pienso.

No hay comentarios.: