domingo, mayo 24, 2020

FIEBRE MARGINAL


Rememorar lo que pasó por mis ojos,
creer en lo insignificante y su efecto dantesco.
Tuve la sensación de una pequeña charla 
cuando el libro consumía mi vitalidad.
Un par de palabras para decirme esto o aquello
sin tener plena conciencia de escucharlas al unísono.

En simultáneo,
atisbar cautelosamente por encima del edredón,
no molestar el estado de conciencia,
los espectros del amanecer son las cuatro paredes,
solo se puede oír una explicación tibia
 ver el mundo es visibilidad
acumular deseos es ensombrecerse, 
excusas como ordenes habituales
para contraer pan,
las advertencias en la bolsa,
ahora que ser libres confronta una causa común,
alterar la vista desdeñada
por el persistente síntoma del párpado perplejo,
y el acoso secundario del cultivo social.

Muchos frutos ceden podridos,
no marionetas
no sonámbulos por doquier;
tenía mi propio régimen altruista,
era menester salir al frente
desencajar la retórica disconforme 
y ceder a una narrativa imparcial;
no hay modo de seguir un propósito
si sabemos por urdimbre popular 
un proceso igualitario en marcha,
un reconocimiento básico si tomas el micrófono
y dices tu nombre.


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