Caminos
inolvidables por donde sigo y contemplo
personas
en desaparición continúa,
cuando
los árboles cierran el paso
y cae
la oscuridad entre ramas otoñales
que
impiden recobrar en las horas perdidas
los
momentos diurnos inmejorables,
de
cálido bienestar en compañía,
de
alguien subiendo la cuesta
o
descendiendo por la chacra frondosa de alfalfa
hasta
encontrarse entre tantos recuerdos sin nombre
que
desde entonces siguen perdiendo su color esencial.
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