[Semana Santa en Ayacucho]
"...
—¿Contra qué estamos peleando,
padre? Están por todas partes y
a la vez no están. Son invisibles.
Es como pelear contra fantasmas.
—Es
como pelear contra los dioses que no vemos. Quizá estamos peleando
contra los muertos.
Se
quedaron unos minutos en silencio. Súbitamente, Quiroz pareció recordar algo:
—¿Cuándo mataron al último?
—Anoche,
de madrugada más o menos, después de la procesión del Encuentro —el
fiscal se sentía aliviado de haber
hablado con el padre, pero exhausto, como si en la conversación hubiese perdido
todo el aire. Suspiró—. Ya no había vigilancia
especial. La desplegamos para el Domingo de Ramos, inclusive el lunes, pero no
se pudo justificar más.
El
sacerdote reflexionó un poco y dijo:
—Hay...
otro mito andino que quizá deberías conocer. Por lo general, desde la noche del
Miércoles Santo, los indios se abandonan a las fiestas más... pecaminosas.
Corren mares de alcohol, mucho sexo, normalmente hay incidentes violentos.
Es así hasta el Domingo de Resurrección.
—Hasta el
Domingo de Gloria.
El padre se molestó:
—Se llama
Domingo de Resurrección. Sólo los ignorantes y los blasfemos lo llaman Domingo de
Gloria.
—Perdone. ¿Y por qué hacen eso?
—Es otra
superstición andina. A partir
del Miércoles Santo, día del calvario de Cristo, Dios está muerto. Ya no ve. Ya
no condena. Hay tres días para pecar.
..."
..."
Extracto del libro ABRIL ROJO,
escrita por Santiago Roncagliolo,
premio Alfaguara de novela, año 2006.
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