domingo, enero 03, 2021

ONE HEADLIGHT


El triángulo en perspectiva se minimiza, 
mi conciencia se torna omnipresente,
creo saber algo indefinido a través de lo que no puedo observar,
mil cosas en simultáneo interconectadas emplazando mi atención,
no sé si estoy despierto elucubrando qué hacer
o viviendo un sueño eterno de mi juventud.

Todos los momentos que intento existencia
son empañados sueños atemporales.
No puedo decaer o despejarme si así lo quisiera
el espejismo de esta ciudad es un viaje en retrospectiva
me enfrenta a esta arritmia que siento
por este pensar de raíces extendidas
circuitos sombríos que a veces resplandecen
en la distribución de la sangre. 
Es inevitable ceder al juego mental,
la fugacidad con que transcurren actividades y procesos
por muchedumbres extrañas dispuestas al mecanismo monótono,
aquellos que nunca más veré, 
aunque logren replicarse hasta la paranoia 
en una y otra secuencia onírica 
donde permanezco en todas mis facultades, 
como un golpe de viento 
de pronto desenfrenado por conseguir 
una instantánea en piso nulo
que se sienta como escapar por un túnel,
no dejarse absorber en el denso terror crónico
que succiona y debilita a brevedad
cada intento por sacudirse
del sosiego infiltrado, 
cuando la tarde se reduce a melancolía
y las sombras emanan desde los rincones.

Las expresiones me desconciertan,
sé que esto no existe más que en mis recuerdos
es una narración vertiginosa y a veces atenuada,
insistente a mostrarme detalles,
insignificancias impregnadas que nadie otorga importancia.

Quiero vivir y es de pronto el sueño más genuino 
no existe más que el exterior visto por un prisma,
subir con el índice 
bajar con ánimo decaído 
ceder a descansar como acto de presencia, 
convencerme que tengo fatiga,
transpiración gélida por nerviosismo. 
El clima me somete como a cualquiera
y alejarse del lugar y momento entrelazado como una cruz
es un acto disidente como muestra de virtud.

Cada momento recurrente a vivir
es un espectáculo sinóptico
encriptado de cifras y comportamientos suspicaces,
me dilucida a creer que todo no es más que imaginario
en una línea de algoritmos constantes.
Cada progreso de mi andadura
es un registro mortecino de sueños encadenados a sentimientos profundos...

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