miércoles, febrero 20, 2008

EL RELOJ DE LA CIVILIZACIÓN

El día es como un rompecabezas lógico/artificial que se debe seguir al pie del manual cotidiano. Debo levantarme temprano, debo salir a trabajar, debo ir a estudiar, debo alimentarme, debo relacionarme, debo entretenerme y debo descansar.

¿Y por quien lo hago si esto es un deber? si los deberes que yo prefiero son otros -no los contrarios- porque los deberes del rompecabezas habituales están supervisados sigilosamente por el tiempo y tiene por objeto la civilización.

¿Quien es la civilización?, la civilización esta hecha de seres monótonos con formación vertical para un mundo vertical. No quería ser vertical no elegí ser vertical, no quiero ser vertical, es patético ser vertical.

A que debo tanta devoción hacia esos deberes ¿y acaso no me percato del tiempo como un cronometro contraproducente que avanza para la civilización y retrocede para mí?

Las fechas son como la simplificación de la memoria donde al final solo soy una sinopsis archivada de cualquier sujeto que contribuye al rompecabezas diario, ¿Seré un contribuyente obligado de mi sacrificio por otro?

Mi vida se esta almacenando en los contenedores de la civilización, ésta selecciona y deja en la anécdota todo lo que fue débil o no servía. Si le sirvo o no, de cualquier modo estoy descartado para mis deseos naturales.

He dejado de ver el rostro del tiempo e ignorar por completo su sórdida doctrina disuasiva en el transito del sonido cósmico, quizá lo he maldecido, tal ves el tiempo siempre fue antagónico y la civilización su aliado mas terrenal en épocas modernas.

En un invento de mis melancolías la casa no tiene una pintura en movimiento que va envejeciendo, la luz esta por debajo en las profundidades de los secretos, los relojes están de cabeza en el centro de mis sistemas, mi fatiga es la ansiedad para seguir sin disposición en un plano sin divisiones físicas, mi teoría va planeando en la búsqueda de un nuevo orden individual.

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