viernes, febrero 08, 2008

NUEVA REPÚBLICA: CIUDAD BLANCA


Mientras se leían las cartas de la "Nueva República de Ciudad Blanca", por medio de un catedrático amigo del novelista, la camaradería del Café Valenzuela cesaba las ordenes de capuchino , de café americano, de café canelado, para dar paso a la entrada del novelista y político: Fabricio Campos ,que llegaba con unos minutos de tardanza.

Yo había ordenado café americano ,mi compañera ordenó lo mismo , habíamos estado aquí platicando desde hace treinta minutos y el anfitrión dueño de la cafetería y amigo de una veintena de intelectuales en la ciudad recién hacía presencia . Era una molestia su demora desde luego, pero que más podría esperarse de un tipo que no necesariamente utilizaba la disciplina en su vida personal para dar un ejemplo a la juventud, es mas, el admitió su desorden y su falta de método en la vida . Decía que solo tenía un fondo y que las formas se las dejaba para quien vaya feliz hacia la muerte. Por supuesto que en esas fachas y su manera extravagante de conducirse normalmente no era feliz para quien lo veía ,tampoco era un alocado paranoico que se presentara como el científico loco de la ciudad. Era solo Él desde su perspectiva práctica y desmedida. Nada más le importaba, que visitar las bibliotecas a cualquier hora. Yo lo había visto unas cuantas veces en la biblioteca que frecuento, cuando fui a leer en doble horario dos libros de cuentos pertenecientes a Dylan Thomas. Sumergido en aquellas lecturas del "gran maldito" -como se hacía saber- veía en ese bohemio gales la entrada de otro bohemio singular como lo era Fabricio Campos, ídolo de los universitarios políticos y de las chicas de la Sexta Avenida a las cuales les daba clases de francés , -su segundo idioma-. En ese momento me inquiete un poco con su presencia pero traté de no darle importancia ,no obstante vi como se dirigía hacia la sección de revistas y cogió una de glamour y belleza . En ese entonces ya me había contado de su gustos desencajados , y el contraste de esa revista de modas ,de perfección y divinidad era lo absurdamente gracioso con su estilo personal o con su sin estilo indigente.

Que mas pude hacer que reírme y seguir con Dylan y sus cuentos surrealistas ,aunque era mejor leer sus poemas desde luego.

Después de unos acomodos y el ¿Hola? ¿Hola? típico, el micrófono quedo bien afinado para el prologo de su última obra.

Antes de que empezara con su discurso ,llamo al mozo que estaba mas cerca de Él y le pidió que le trajera agua mineral, el pedido lo comento con nosotros por el altavoz, y acoto que ya estaba harto de tomar café a diario y que solo lo tomaba en ocasiones románticas. Nosotros estresados y molestos con su demora cambiamos el animo apesadumbrado por risas discretas que iban en aumento.

Es así como cogió el libro , lo abrió de par en par, echo algunos cabellos que se le cayeron al catedrático cuando lo leía y nos hablo de nuestra Nueva República , de la idea preliminar para coordinar las nuevas bases de un estado sin precedentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

habla loco,,

No se a quien te refieras con ese tal Fabricio Campos ,pero viniendo de tus fuentes o tus eventos de seguro que debe ser buenazo ,,,ah y buena la iniciativa de ese tipo ,lo empezare a indagar ,ya te llamo a tu casa después y te paso algunos datos de nuestras actividades.
Y no te pierdas tanto...

Marco.