Repito la misma
secuencia
la secuencia de
muchos pero con significado,
particulares
hábitos devueltos en la instrumentación absurda
del anacronismo
tradicional de la tierra.
Necesito levantar
la voz
y dejar que las
voces maliciosas pasen por mis cabeza
hasta ignorar la
discordia.
Repito el mismo quehacer
diagrama de nada
propulsión en el verso
libre
y después de
ofuscarme traspapelando
por tiroteos de estúpido
orgullo,
eficiencia en el ardor
de un infierno de desgracias .
Hijo soy pero
también
enemigo del padre
y manipulador de la
madre,
sangre que gotea
por la precariedad
hasta compungirnos
en sombrías
combinaciones de instinto perverso,
lo peor del ser
humano hacia dentro,
y trasluciéndose
como ecos humildes
que sufren temor en
su misma tentación.
¡Ay calor! y
laberinto de pobreza
sigo repitiendo la
misma antología de placer
tirado en la
naturaleza de porquería;
mi pensamientos no
cambian
mi ciclo de vida
sigue quebrado por los mismos frutos de ese jardín envenenando.
Ya no puedo hablar
soy un niño escarmentado
en puras vergüenzas
y adulto contaminante
por el mismo convencimiento de ser siempre el
que lo sabe todo.
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